Las reglas son claras: si alguien está hospitalizado con coronavirus, debe permanecer en aislamiento y ni él ni su familia tienen autorización de poder verse. Pero si las reglas son claras, a veces el amor puede más.Eduardo Badell, un cubano residente en Miami, Florida, contrajo el virus y fue llevado a un hospital de la ciudad. Loretta, su esposa, con la que lleva casado medio siglo, pidió estar con él en la misma habitación. Y lo logró.
Desde luego, se trata de una autorización especial. Tal como informa Soledad Cedro para Infobae, Eduardo y Loretta se casaron en Cuba hace cincuenta años. Él es ingeniero y ella psicóloga. Tienen dos hijos y cuatro nietos. Toda la familia vive en Estados Unidos desde 1993.
“No me alcanzan las palabras”
Lograron sortear las dificultades económicas de los primeros tiempos en la Unión Americana. Y ahora están unidos en la misma habitación de hospital donde Eduardo convalece de covid-19.
“La verdad es que mis recuerdos son todos lindos. No me alcanzan las palabras para describir lo buen esposo, padre y abuelo que ha sido mi marido”, relataba Loretta a Infobae.
A fines de 2019, Eduardo sufrió un deterioro vertiginosos de sus facultades mentales Loretta acondicionó la casa para cuidarlo, pero por recomendaciones médicas, tuvo que internarlo en una casa de cuidados especiales. Ahí, Loretta lo iba a visitar cada día.
No ayudarlo no era opción
En esa nueva casa, Eduardo –apenas a diez días de haber llegado—se contagió de coronavirus, aunque sin presentar síntoma alguno. La norma en Florida es que todo contagiado en un hogar de ancianos, debe cumplir el aislamiento, ingresado en un hospital.
“Estuve nueve días sin poder verlo y fueron terribles”, dice Loretta. Ella había sido evaluada medicamente y las pruebas de coronavirus le dieron negativo. Los médicos no la dejaban acercarse a su esposo, pues Loretta tiene 74 años de edad y el riesgo de contagio puede ser letal.
“Para mí no ayudarlo en este momento no era una opción. Hablé con todo el mundo y les hice entender que si cuando un niño está hospitalizado con coronavirus le permiten a un padre que esté junto a él, entonces debían permitirme a mi entrar”, dijo Loretta a Infobae.
Más indefenso que un niño
“Mi esposo hoy es más indefenso que un niño, y no puede expresarse por sí mismo”. Desde hace 14 días está hospitalizada con su marido y, por normativa, ella también permanece aislada. Si bien, dice Loretta, las enfermeras son muy buenas, nadie va a cuidar a su marido como ella.
Las pruebas de Eduardo siguen dando positivo. Mientras así sea, deberán permanecer en el hospital. Loretta dice sentirse muy bien y por decisión propia no ha vuelto a realizarse la prueba. El acuerdo con los médicos es que la evaluarán una vez que Eduardo pueda salir del hospital.
Tendrá que hacer cuarentena. Pero eso no le importa. Cincuenta años de amor pueden más que las reglas. Y que el propio coronavirus.