Una de las más desconocidas anécdotas de la Inmaculada Concepción de Plaza de España en RomaEn la famosa Plaza de España en Roma, al frente al palacio, que aún mantiene su función de residencia y oficinas del Embajador de España ante la Santa Sede, se encuentra la Columna de la Inmaculada Concepción. Una imagen muy importante tanto querida por los romanos y por el papa que la hizo colocar allí, Pío IX. El papa la hizo erigir en memoria del Dogma de la Inmaculada Concepción, proclamado por el mismo pontífice 3 años atrás en 1854.
Se decidió colocarla delante de la Embajada de España porque fue el país que más se afanó en el trabajo para precisar el dogma.
La obra fue proyectada por el arquitecto Luigi Poletti, quien diseñó un monumento bastante complejo: una gran base de mármol con escalones, asientos, cuatro estatuas que representan a Moisés, David, Isaías y Ezequiel, todas realizadas por distintos escultores.
En las paredes debajo de la columna, también se encuentran cuatro bajorrelieves que representan: “La definición del dogma”, “El sueño de San José”, “La coronación de María en el cielo” y “La Anunciación”.
Sobre la columna de más de 11 metros de mármol “cipollino”, se apoya esta gigantesca estatua de bronce de la Virgen Inmaculada, realizada por el artista Giuseppe Obici.
La inauguración se tuvo el día 8 de diciembre de 1857. Para esta ocasión el papa llegó en un carruaje, seguido por casi todo el Colegio de Cardenales y la Curia Apostólica, en un gran cortejo.
Muchos de los romanos asistieron curiosos al evento y no tanto por lo que representaba para la Iglesia ese evento importante, sino que asistieron para mirar con un poco de picardía y risas maliciosas al autor de la escultura: Giuseppe Obici, ya que el escultor había usado para representar a la Virgen una bella modelo, la suegra. ¿Qué es lo que sorprendía a los romanos? Quién lo sabe, ¿es que acaso no se puede usar de modelo a una bella suegra?
Aquel día, a las órdenes del arquitecto Poletti unos 200 bomberos izaron la columna romana y posaron en ella la estatua. Por esta razón, todos los años para el 8 de diciembre, los bomberos homenajean a la Virgen subiendo con las escaleras del equipo, para posar en sus brazos una corona de flores. El papa llega hasta el lugar para presenciar esta ceremonia e impartir la bendición a los presentes.