Pau Donés, el líder del grupo Jarabe de Palo, falleció el 8 de junio de 2020 a sus 53 años a causa de un cáncer, en plena pandemia. Poco antes de morir nos regaló una gran lección. Eso que tú me das es la canción que compuso para agradecer a todos lo que han estado con él a lo largo de estos años de lucha contra la enfermedad.
Con este single con el que firmó su testamento en forma de un nuevo disco que salió el septiembre siguiente, Tragas o escupes, Pau quería homenajear a su gente y dar gracias a la vida.
Pau no tuvo miedo de mostrar su evidente cambio físico en un un videoclip que en poco tiempo, una semana, acumuló un millón de visitas. Pau quiso dar las gracias en una canción que hoy, tres años después de su muerte, nos sigue conmoviendo. Pau luchó y saboreó la vida hasta el final.
Me gustaría destacar este espíritu de gratitud de un cantante que, en vez de encerrarse se abrió al mundo para agradecer todo lo que ha recibido.
Conmueve su vitalidad, su entereza nada impostada y su talante esperanzado dentro de la desgracia.
Quizá podría inspirarnos para recuperar la vida en diferentes tesituras. Unos con un agradecimiento sin excusas, otros, apoyados por los primeros, dando gracias de nuevo por la vida, aunque nos hayamos dejado jirones en el camino.
La vida es un don inmenso que hay que abrazar pues hay que seguir para reconstruirnos por dentro y por fuera.
No olvidar lo vivido
Después de la experiencia del COVID, también nosotros hemos experimentado que la vida regresa como un don. Como una ofrenda casi deslumbrante que antes parecía lo más normal del mundo. Es un don que hay que agradecer para saber estar a la altura de lo que hasta ahora teníamos y quizá no apreciábamos.
Por eso, es necesario que aquellos a los que esta pandemia no les ha causado grandes sufrimientos sean sensibles y estén pendientes de quienes han pasado por un momento vital duro y complicado.
Para los que el coronavirus ha terminado con la vida de un ser querido, con un negocios o empleo, la nueva normalidad está llena de duelo mientras que, para los que han salido bien parados, el regreso a la vida está lleno de gratitud.
Ahora toca que sigamos en esa dinámica de solidaridad que inauguraron los sanitarios. Ahora es cuando nos debemos acercar a los más perjudicados para acompañarles como respuesta a esta bendición que supone haber superado la pandemia a penas sin rasguños.
Quizá hay que acompañar a los que buscan trabajo y a los que recuerdan como un hachazo la muerte a distancia de un marido, de un padre, de un abuelo... Incluso visitar a aquel amigo que superó el coronavirus pero que ha quedado muy debilitado y aún sigue sin recuperarse.
En la letra de la canción de Pau Donés que ha inspirado este artículo hay un destinatario de la gratitud que queda difuso. Si os fijáis en el vídeo y en la letra veréis que, por detrás de esta actuación, en la terraza, penden dos imágenes de la Virgen. Una es seguro la Virgen de Guadalupe. La otra no sé identificarla.
¿Y si la clave de la gratitud de Pau Donés incluye a Dios y a su Madre? Vale la pena escuchar bien la letra. Regresemos a la vida con el talante de Pau Donés.