Algunas curiosidades y anécdotas de un viaje histórico, el primero de un Papa al “gigante sudamericano”
Hoy en día, con los gestos extendidos del papa Francisco a lo largo y ancho y el mundo, aquello del contacto con los más vulnerables parece normal. Sin embargo, en 1980, cuando el papa Juan Pablo II visitó una favela y alguna zona pobre en Brasil generó sorpresa entre los militares que lideraban el país en ese entonces.
Así lo recuerdan quienes formaron parte de la organización del primer viaje de un Papa a Brasil.
El motivo de la histórica visita, el 30 de junio de 1980, fue la celebración del décimo Congreso Eucarístico Nacional.
La expresión de deseo recayó en aquel entonces sobre la favela de Videgal, al sur de Río de Janeiro.
Los residentes de esa zona habían sido amenazados de desalojo, recuerda un reciente informe de BBC Mundo Brasil que recuerda curiosidades y anécdotas del viaje apostólico.
“Nuestra preocupación era grande. El Papa no podría sufrir un solo rasguño. De lo contrario, era otra razón para remover a la comunidad”, recuerda para ese informe Paulo Roberto Muniz, de 65 años, residente de Vidigal.
Cuando Juan Pablo II visitó una favela, lo hizo bajo un estricto protocolo de seguridad.
Como dato a tener en cuenta, se recuerda que ni el presidente de aquel momento de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), Dom Ivo Lorscheiter (1927-2007) pudo acompañar al Papa.
La donación del anillo de Papa
Durante aquella visita –por aquel entonces más que elocuente- el Papa inauguró una capilla dedicada a san Francisco de Asís.
Y se recuerda el momento en que rompió todo lo establecido para regalar su anillo episcopal, entregado al padre Coelho, sacerdote con trabajo vinculado a favelas.
El recorrido del Papa por Vidagal prosiguió en algunas casas, algo que llenó de emoción a todos y se transformó en recuerdo inolvidable.
Juan Pablo II en… ¡Maracaná!
El Estadio de Maracaná (Río de Janeiro) escenario de finales del mundo, también recibió al papa Juan Pablo II durante su visita.
En aquel momento, se indica en este informe especial, unas 150.000 personas se hicieron presentes para acudir a la ordenación de 76 sacerdotes.
Pero el Papa no solo recorrió estadios en Brasil, entre ellos este famoso. También pudo ir a otros sitios como cárceles y hospitales.
12 días, 13 ciudades y 49 discursos
Las cifras de aquella visita a Brasil siguen asombrando. El recorrido se hizo durante 12 días a lo largo de 13 ciudades y se extendió hasta el 11 de julio de 1980.
Unos 49 fueron los discursos pronunciados (entre homilías, saludos, agradecimientos) por el Papa en aquel entonces, se añade.
La brecha del clima
La salud del papa Juan Pablo II no estuvo exenta de alguna afectación por aquel entonces, pues se recuerda algún resfriado.
Es que, por ejemplo, recorrió algunos lugares como Porto Alegre (4ºC) y también Manaos (45º). Sin dudas una brecha climática que termina haciendo estragos.
En el sur de Brasil, indica BBC Mundo, se celebró la misa más larga de la visita. Duró unas cuatro horas (varias personas de países de la región como Chile, Argentina y Uruguay estuvieron también presentes en aquella oportunidad).
La última misa del Papa en Brasil fue en Manaos. El intenso calor también lo terminó sacudiendo.
Pero rápidamente se sobrepuso y actualmente aquel recorrido a lo largo de 12 días retumba como un bonito recuerdo, máxime al entender que está vinculado a un país que por estas horas necesita de la oración de una manera más que especial debido al duro golpe del coronavirus.
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