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“Nunca pierdas tu vida de oración porque, si la pierdes, pierdes todo”

JUANJO
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Jesús V. Picón - publicado el 15/07/20
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Juanjo cantante católico, líder y vocalista del grupo Vuelta en U, abrió su corazón a Aleteia y nos mostró sus grandes amores: Dios, su amada esposa, sus hijos y su música. Un milagro lo salvó de perder todo.

“Juanjo,” es vocalista del grupo musical “Vuelta en U”. Su nombre es Juan José Trujillo; su apodo “Juanjo” es porque, como él mismo explica: desde “que yo era muy pequeño, mi abuela, por ahorrarse todo el nombre, me decía “Juanjo””. Nació en McAllen, Texas, “pero fui criado en el norte de México, principalmente en Reynosa, Tamaulipas, y también en Monterrey, que es donde está la mayoría de mis familiares por parte de mi papá”.

Juanjo nos muestra el momento más complicado de su vida y como un milagro lo salvó de perder su casa, su hogar, el techo de sus hijos y esposa, como ese milagro le mostró que existe la providencia de Dios, a cada instante y momento.

En esta entrevista el cantante católico nacido en McAllen Texas, nos comparte cómo ha sido su vida en el confinamiento por la pandemia del Covid, como la oración es la parte central de su vida. En esta entrevista encontrarás como el amor de Dios transforma, como la oración inspira las letras de sus canciones, podrás leer en esta entrevista, cómo es la vida de un cantante católico detrás del escenario.

Su vida fue cambiando, hasta dar una “Vuelta en U”. “Desde 1993 empezamos esta aventura, esta invitación por parte del Señor, que era servirlo a través de la música. En aquel entonces empezamos como un ministerio, el cual se llamaba “Shalom”. Iniciamos como un grupo de jóvenes que se reunía todos los sábados precisamente aquí, en McAllen. Con el tiempo, por allá del año 2011, el ministerio cambió de nombre y se llamó “Vuelta en U”. Recuerdo que cuando andábamos en ese cambio de nombre nuestro obispo nos pedía que en el nombre llevara la misión. Y fue durante una época cuaresmal, haciendo misiones cuaresmales y hablando sobre lo que era la conversión, que de ahí surgió el nombre “Vuelta en U”, lo que indica un cambio de rumbo, el cambio de rumbo al que el Señor nos invita hacer cada día para regresar al Padre. Por eso es que el logo de nuestro grupo es una flechita que baja pero luego sube, y es que a eso se refiere: venimos del Padre y regresamos al Padre. Y, al final de cuentas, ése es el objetivo: nacimos para regresar al Padre”

¿Cuál consideras tú que es la canción insignia de “Vuelta en U”, la más exitosa?  ¿Quién escribe las canciones de tu grupo y dónde encuentra inspiración el autor?

El Señor me ha regalado esta oportunidad de escribir las canciones. Le digo a mis amigos: “Lo que pasa es que yo soy el primero que las escucho y las escribo”. Y muchas de nuestras canciones han sido bendición para nuestras vidas. Hablan realmente de lo que estamos viviendo, de lo que hemos vivido, pero también hablan de lo que nos gustaría vivir.

Es un reto cuando te paras y cantas al Señor y le dices: “Tú eres mi Todo”. Porque hay canciones en que cantas lo que has vivido, pero hay canciones en que cantas lo que deseas vivir; porque si yo le digo en este momento a Dios: “Señor, Tú eres realmente mi Todo”, es más bien por lo que estoy luchando, es lo que estoy buscando hacer, luchando contra mí mismo para que el Señor llegue a ser el Todo en todo.

En cuanto a nuestras canciones insignia, hay muchas canciones que han llegado a ser conocidas, como “Vuelta en U”, “Bella Mujer”, “Mi esperanza”, “Buscarte”, “Fiel”, “Nadie como Tú”… Ésas son las canciones que seguramente en un concierto siempre vamos a tocar porque, de alguna forma, las personas  llegaron a conocerlas gracias a las redes o sociales o a que ya antes habían asistido a algún concierto.

Pero en cuanto a canciones “exitosas” es muy difícil decirlo, yo no les daría ese título; es que hay canciones que no son tan conocidas, pero que el Señor ha utilizado para cambiar vidas de personas. Por ejemplo, teníamos un tema muy poco conocido, pero hace muchos años me compartió un muchacho que nosotros estábamos tocando un concierto en una calle, en Monterrey, y él en ese momento pasaba y escuchó, y precisamente Dios usó esa canción y ese momento para llamarlo al sacerdocio; y cuando este muchacho me compartió eso, ya estaba en el seminario.

Y como ocurrió esa vez, también ha pasado con otro temas,  y la gente nos comparte sus testimonios. Y creo yo que no sólo con nuestras canciones sino que con las canciones de muchos otros hermanos el Señor hace tantas, tantas maravillas… Y qué bueno que no nos damos cuenta de todas ellas, porque quizá caeríamos en la soberbia de creer que somos muy buenos en lo que estamos haciendo. A final de cuentas el Señor no nos llama al éxito sino a hacer su voluntad.

¿Con quiénes ha hecho duetos “Juanjo” de “Vuelta en U”, y por qué lo ha hecho con artistas de música comercial?

He tenido la gran bendición de poder cantar, hacer duetos, con amigos o con amigas muy queridas en el Señor. Me encanta a hacer duetos, y me encanta invitar a amigos a interpretar canciones juntos. Y hasta hemos tenido la oportunidad de hacer duetos con artistas seculares, como ocurrió con Bobby Pulido, con el tema de “Vuelta en U”; con Jorge Guevara, con el tema de “Ser feliz”, y que también participó en “El Autor de nuestra historia”, además de que pronto va a salir otro tema con él, que se llama “Es por su Amor”. También hicimos un dueto con Tatiana, y con Edwin Luna, el cantante de “La Trakalosa”. Y, primeramente Dios, estaremos grabando otros temas con otros cantantes seculares.

Y, obviamente, hemos hecho duetos con hermanos de la música católica, como Jon Carlo, Carlos Omar, Azeneth, Juan González del grupo “Emmanuel”… Pero me han hecho mucho la pregunta: ¿Por qué también con cantantes seculares? Primero que nada, las canciones que he cantado con ellos no son canciones seculares sino canciones que se le cantan al Señor, que Él mismo me regaló. ¿Por qué cantar con ellos? Uno, porque son amigos; dos, porque ellos tienen un público diferente al nuestro, ellos tienen un foro a donde nosotros no hemos llegado y es difícil llegar; y ésta es una misión, un llamado, una inquietud que he tenido desde siempre de no solamente cantarle a las personas de la parroquia sino de cantarle a las personas que están fuera de la parroquia, y es por eso que hacemos estos duetos, porque es una forma de salir a la periferia, y llegar a cantar. La música no sólo la escuchas en redes sociales, sino también en presentaciones seculares, como ha sido el caso.

Entonces creemos que fuera de la Iglesia también hay muchos hermanos, muy amados, muy queridos por Dios, y que necesitan también escuchar música buena, música de esperanza. Yo creo que el mensaje que el hombre desea, que el hombre añora, es escuchar de nosotros: “Hemos encontrado al Señor, Jesús está vivo”. El hombre vive en una constante búsqueda. Y qué padre poder ser portadores de esa esperanza para todas estas personas, para todas estas gentes.

¿Cómo es la vida de “Juanjo” más allá de su faceta de artista, de vocalista? ¿Eres casado? ¿Y cómo has vivido esta pandemia, qué ha sido lo más importante?

Yo soy una persona súper, súper, súper, súper hogareña. Me encanta estar en mi casa; disfruto mucho estar en casa, disfruto mucho estar con mi familia. Lo más difícil cuando salgo por varios días, debido a un concierto, es estar lejos de mis hijos, de mi esposa, estar lejos de casa.

Estoy felizmente casado y muy enamorado de mi esposa; ella es un regalo de Dios para mí; cada día la amo más y cada día me enamoro más de ella. Nos conocimos dentro de las cosas del Señor; ella es la que me enseñó a tocar guitarra, ella fue el puente para meterme en todo este rollo que es la música. Tenemos cuatro hijos en la Tierra y cuatro en el Cielo; hemos poblado la Tierra y hemos poblado el Cielo.

Esta pandemia nos ha unido aún más como familia; hemos convivido, y yo he disfrutado mucho en el buen sentido de la palabra porque desayunamos juntos, comemos juntos, cenamos juntos. Platicamos mucho. Es un tiempo que he aprovechado para que mis hijos me conozcan mejor, y para yo conocerlos a ellos; ahora yo te puedo decir cuáles son sus sueños, cuáles son sus miedos, cuáles son sus dudas.

Por ese lado la pandemia ha sido un tiempo para crecer como familia; es un tiempo que nos ha llevado a valorar muchas cosas, ¡muchísimas, muchísimas cosas! Ha sido una lección también; dicen que estamos viviendo una “nueva normalidad”, pero por este aspecto no me gustaría volver a la normalidad de antes, porque sería quitarle tiempo a mi familia.

Sé que las cosas van a cambiar en un tiempo no muy lejano, y que las actividades van a llegar a su normalidad; pero creo que la “nueva normalidad”, en cuanto a la familia, en cuanto a la convivencia, ha sido una gran bendición.

¿Cuál ha sido el momento más difícil de tu vida, y cómo lo has enfrentado? En el mundo actual hay guerras, hay una pandemia, hay una crisis económica, mucha gente se ha quedado sin trabajo, o van a perder sus casas, o están enfermos, o en depresión y se quieren suicidar. Hay muchos problemas por enfrentar. ¿Cómo “Juanjo” ha enfrentado su problema más difícil?

Cuando yo me casé, recuerdo que en la Misa, como seguro recordarán todos los que tienen el sacramento del Matrimonio, dijimos: “Prometo amarte siempre, en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad”. En la vida hemos tenido, como todos, momentos difíciles. Y yo creo que los momentos difíciles son los mejores momentos, porque son los tiempos que nos hacen fuertes. No serán los momentos más agradables, pero son los que nos ayudan a crecer y a fortalecer nuestra fe y nuestra confianza en el Señor. Los momentos difíciles son la oportunidad idónea para abandonarnos en Aquel que no nos abandona.

Hemos tenido, por ejemplo, momentos económicos difíciles, ¿quién no los ha tenido? Nosotros, hace algunos años, estuvimos a punto de perder nuestra casa. Pero fue muy curioso porque, durante ese tiempo,  yo tenía una empresa que tuve que cerrar, lo que provocó los problemas económicos fuertes; y cuando faltaba equis tiempo para la fecha en que yo tenía que depositar dinero para no perder la casa, mi esposa y yo nos hicimos más de oración, y comentábamos que, aunque estábamos a punto de perder la casa, nos sentíamos con mucha paz. Es que la paz siempre es un signo de Dios. Decía san Agustín: “Haz todo lo que puedas, pide por lo que no puedes, y Dios te dará para que puedas”. Nosotros estábamos haciendo todo lo que estaba a nuestro alcance, todo lo que era posible; yo buscaba trabajar de tal o cual forma para salir adelante, hacía mi chamba y dejaba que Dios hacer su chamba. Aún recuerdo el día límite, en que teníamos hasta las 3 de la tarde para depositar ese dinero; pues ese mismo día, pero en la mañana, me llegó el cheque de un seguro, que no lo esperaba, y la cantidad de ese cheque era prácticamente la misma cantidad que yo tenía que pagar por la casa, esta casa.

De cualquier forma siempre nos habíamos dicho: aunque perdamos la casa, el Señor tiene un plan para nosotros. Dentro de nuestra capacidad humana es difícil en su momento entender la voluntad de Dios. ¡Pero benditas crisis!, porque esa crisis nos llevó como familia a experimentar algo bellísimo, que es la Providencia del Señor.

Ahorita hay muchas personas que están pasando por este problema, y yo les vuelvo a repetir las palabras de san Agustín: “Haz todo  lo que puedas, pide por lo que no puedes, y Dios te dará para que puedas”. Dios siempre abre puertas que el hombre cierra. Así que confía en el Señor. Sé que son tiempos difíciles, pero en los momentos difíciles es cuando realmente nos abandonamos en Aquel que no nos abandona: en el Señor. Yo sólo soy un cantante, un padre de familia, un esposo, un hijo; pero quise compartir esta experiencia que quizá a algunos les sirva y les permita entender lo que están pasando en estos momentos.

Para “Juanjo”, líder y vocalista de “Vuelta en U”, ¿cuáles son tus grandes amores, lo que más amas en esta vida?

Las dos grandes necesidades del ser humano son amar y ser amado. Dios es Amor, y si yo quiero realmente amar a mi esposa de una forma diferente, si yo quiero amar a mis hijos de una forma diferente, pues definitivamente tengo que empezar por aprender a amar a Dios. Porque si no amo a Dios, ¿cómo voy a amar a mis hijos?, porque de ahí proviene todo: Dios es la fuente del amor, Dios es la fuente de la alegría, Dios es la fuente de la paz. Se necesita del amor de Dios para amar, se necesita de Dios para perdonar. Entonces, si no estoy conectado con el Señor, ¿qué tipo de amor estoy dándole a mis hijos o a mi esposa?

Por eso lo primero que hago cada día en la mañana, como dice Mateo 6,6, es meterme, es encerrarme en ese rincón de mi casa y platicar con el Señor y decirle: “En este día, por favor, no permitas que me separe de Ti; en este día, Señor, dame la gracia para amar a mi esposa y a mis hijos; para ser un buen padre y un buen esposo”. Solamente Dios te da la gracia no sólo para ser un padre bueno sino para ser un buen padre.

Mis amores son ellos, es mi familia. Pero, obviamente, todo viene y todo debe proceder del Señor.

¿Tienes alguna disciplina de oración? ¿Cómo haces para vencer las tentaciones? ¿Qué importancia tiene para ti la oración en el día a día?

Creo que es muy sencillo: si no se ora no es por falta de tiempo sino por falta de amor. Bien lo dijiste: la oración debe ser una disciplina, llegar al punto de orar no porque tengo necesidades sino porque tengo necesidad de Dios. Desgraciadamente casi siempre oramos cuando hay una necesidad especial; pero nuestra necesidad máxima es el Señor, es Dios.

Yo sé que soy una persona que tiene millones de errores, pero sí me considero una persona disciplinada. Todos los días lo que hago es que entre 4 y 5 de la mañana voy con mi hijo a la capilla, antes de salir a correr y hacer un poco de ejercicio. Así empieza nuestro día.

Yo siempre les digo a mis hijos que si yo tuviera la oportunidad de darles un único consejo en la vida, el último que yo pudiera darles, sería: “Nunca pierdas tu vida de oración porque, si la pierdes, pierdes todo”.

Dice el Señor: “Sin Mí no pueden hacer nada”.  Hago este comentario, esta referencia al Evangelio, porque me preguntas cómo hago con la tentación. Yo lo tengo muy claro: yo no lucho contra la tentación, yo huyo de la tentación. Si me  atrevo a luchar contra la tentación voy a caer; entonces no luchemos contra la tentación sino huyamos de ella, ésa es la forma de vencerla. Huyendo, no enfrentándola.

Y, cuando sí es momento de luchar, se hace con las fuerzas del Señor, no con mis fuerzas. Por eso otro consejo que les doy a mis hijos es éste: “Desconfíen cada día más de ustedes, y confíen cada día más en el Señor”.

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