Un Niño Dios con los brazos abiertos, el cabello rizado y vestido con una túnica rosada, es la imagen más venerada en Bogotá desde hace más de 80 años
El Divino Niño Jesús, también conocido como el ‘Niño del 20 de Julio’ o el ‘Niñito del 20’, es una imagen en marmolina que mide 30 centímetros y a la cual concurren millones de fieles para pedirle favores o darle las gracias por un milagro.
La devoción empezó en 1934 cuando el sacerdote italiano Juan del Rizzo llegó al barrio 20 de Julio, un sector muy pobre del sur de Bogotá en donde no había templo, comercios ni escuelas. Lo único destacable era un inmenso lote en el que se jugaban partidos de fútbol.
Del Rizzo siempre fue un ferviente devoto de quien llamaba el ‘Divino Principito’, pero fue en Barranquilla, Medellín e Ibagué donde apareció con un Niño Jesús de Praga. Sin embargo, una comunidad religiosa le impidió venerarlo en Bogotá con la disculpa de que «tenía la exclusividad» sobre esta figura.
Esta prohibición lo obligó a buscar otro Jesús en El Vaticano, un almacén de objetos religiosos. Allí quedó encantado con una estatua a la que le retiró una cruz que tenía en la espalda porque “ese niño estaba muy pequeño para llevar una carga tan pesada”. A la imagen la ubicó en el altar de un cobertizo que hacía las veces de iglesia y le tomó fotografías para imprimir estampas que repartió por toda la ciudad.
De misma manera como se propagaban las noticias de una imagen milagrosa en un barrio pobre, empezaron a llegar devotos acomodados a los que el padre Juan pedía ayuda económica o en especie para a atender a centenares de niños del barrio que aguantaban hambre.
Carlos Cubillos, vicario de la parroquia del Niño Jesús, contó en entrevista con Aleteia que Del Rizzo recibía a los feligreses con esta advertencia:
“Quienes tengan fe pidan poco; los que tengan más fe, pidan más, y quienes tengan mucha fe, pidan todo lo que quieran porque el Niño Jesús tiene los brazos abiertos para todos”.
El padre Cubillos también recuerda que esas peticiones fervorosas se complementaban con cuatro condiciones que hoy siguen vigentes: la confesión, ir a misa todos los domingos o los primeros domingos, comulgar y ayudar a los más pobres.
Colombia celebra cada 20 de Julio el Día de la Independencia, pero no la fiesta patronal del Divino Niño que oficialmente es el primer domingo de septiembre. Pero por tradición, muchos colombianos asocian el día patrio con esta imagen.
Por el significado cultural y religioso que este día tiene para los colombianos, Aleteia comparte a través de la galería de imágenes los siguientes hechos curiosos que explican la extraordinaria devoción al ‘Niño del 20 de Julio’.
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