Noventa y cinco de cada cien agresiones contra la Iglesia permanecen impunes en MéxicoLa violencia en el Estado mexicano de Michoacán (al occidente de México) ha tomado rumbos muy diversos durante la pandemia del coronavirus. Y ahora toca el turno de recibirla a un sacerdote.
Se trata del sacerdote Agustín Patiño de la Parroquia del Refugio, en el poblado de Briseñas de Matamoros. En estos momentos se debate entre la vida y la muerte en un hospital de Uruapan, después de haber sido apuñalado hasta en quince ocasiones por los ladrones que intentaron robarlo.
Según las primeras averiguaciones de la policía local, los ladrones penetraron en la casa curial de la parroquia del Refugio la tarde del 28 de julio, con intención de robar las pertenencias y los objetos ahí guardados.
El padre los descubrió y al tratar de detenerlos lo agredieron y lo apuñalaron hasta en quince ocasiones.
Acto seguido, los delincuentes robaron el dinero de la limosna de los fieles, algunos objetos de valor y objetos de culto, huyendo sin que nadie tenga, hasta el momento, alguna pista para dar con ellos.
Como de ordinario sucede en 95 de cada cien agresiones que sufre la Iglesia católica en México, este atentado en contra de la vida del padre Patiño puede quedar impune. Michoacán, desde principios de la década se ha convertido, para muchos estudiosos y para algunos obispos, como el fallecido obispo de Apatzingán, Miguel Patiño, en un “Estado fallido”.
Tras el asalto, un grupo de fieles cercanos a la parroquia del Refugio se dieron a la tarea de auxiliar al padre Patiño quien yacía con un hálito de vida en el sitio donde fue apuñalado.
Un grupo de paramédicos de Briseñas lo atendió y lo llevó en ambulancia al hospital Fray Juan de San Miguel en la cercana ciudad de Uruapan, donde hacía un par de meses el mismo sacerdote había dejado de ser vicario en la parroquia de San Francisco.
El acontecimiento es investigado por el personal de la Fiscalía General del Estado y se espera que con las pesquisas realizadas se pueda dar con el paradero de los agresores del padre, indicaron contactos policiacos al periódico La Voz de Michoacán.