La población de Santa Rosa de la Roca se convirtió en escenario de violentos enfrentamientos en tiempos de coronavirus por aplazamiento de eleccionesBloqueo de carreteras, violencia, caos. La situación en Santa Rosa de la Roca, municipio de San Ignacio de Velasco, se ha transformado en dramática en últimos días a raíz de una serie de protestas vinculadas a la exigencia de que las elecciones nacionales se realicen en septiembre (inicialmente previstas para octubre).
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Detrás del escenario violento en una población con fuerte legado jesuita, zona que recientemente celebró los 250 años de su fundación, se encuentran los seguidores del expresidente Evo Morales.
Empresarios piden a políticos cesar enfrentamientos electorales y apostar por un diálogo nacional
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Además, la violencia desatada también genera preocupación debido a que todo esto sucede en medio de la pandemia del coronavirus (el bloqueo de carreteras impide, por ejemplo, el traslado de insumos médicos como oxígeno entre diversos puntos del país).
Un llamado a la paz
En las últimas horas, quien se expresó fue el propio obispo de la Diócesis de San Ignacio de Velasco, Robert Flock, quien además de rechazar los hechos de violencia realizó un férreo llamado a la paz.
“Condenamos el bloqueo de la carretera y la violencia en Santa Rosa de Roca protagonizados por grupos, según reportajes, afines al MAS, en protesta por la fecha de elecciones dispuesta por el Tribunal Supremo Electoral”, expresa Flock en el comunicado.
“Este ataque contra la población de Santa Rosa y la región, por diferencia de apenas seis semanas en fecha del sufragio, no tiene justificativo alguno. No se puede defender la democracia con la violencia por una causa insignificante”, prosigue el obispo.
“Protestas violentas como las coordinadas en Bolivia contra Santa Rosa y otras comunidades, amenazan con postergar las elecciones aún más, pues contribuirían a mayores contagios y a un ambiente de inseguridad que pueda impedir el desarrollo de la jornada electoral”, indica.
“Es hora que se convierta el descontento en compromiso constructivo para el futuro, abandonando esta violencia fratricida que solo posterga aún más la superación de tantas carencias que sufrimos en salud, educación y desarrollo. Dios mismo nos exhorta: ‘Vivan en armonía y paz’”, concluye Flock.
En tanto, mientras esto sucede, en Bolivia el coronavirus no da tregua. Hasta el momento, el país sudamericano ha confirmado más de 86.000 casos positivos y el número de fallecidos supera los 3.400.
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