Las palabras hoy en el rezo del ÁngelusAbandonarse “con confianza en Dios en cada momento de nuestra vida, especialmente en la hora de la prueba y la conmoción”. Esta es la invitación dirigida por el Papa Francisco en el Ángelus, rezado desde la Plaza de San Pedro.
El Papa quiso recordar el pasaje del Evangelio en el que Jesús “camina sobre las aguas del lago” mientras la barca de los discípulos estaba bloqueada por una tormenta.
La barca a merced de la tempestad es una imagen de la Iglesia, que en todos los tiempos se encuentra con vientos en contra, a veces pruebas muy severas: pensemos en ciertas persecuciones largas y amargas del siglo pasado, y aún hoy, en algunas partes. En esas situaciones, puede sentirse tentada a pensar que Dios la ha abandonado.
Pero en realidad es precisamente en esos momentos donde más resplandece el testimonio de fe, el testimonio de amor y el testimonio de esperanza. Es la presencia de Cristo resucitado en su Iglesia la que da la gracia del testimonio hasta el martirio, del que brotan nuevos cristianos y frutos de reconciliación y paz para todo el mundo.
Jesús tiende su mano
Como en el caso de Pedro, que tenía miedo de hundirse, a veces podemos sentirnos abrumados por el espanto y el miedo.
Cuando sentimos fuertes dudas y temores y parecemos hundirnos, en los momentos difíciles de la vida, donde todo se vuelve oscuro, no debemos avergonzarnos de gritar, como Pedro: “¡Señor, sálvame!” (v. 30). Llamando al corazón de Dios, al corazón de Jesús: «¡Señor, sálvame!». ¡Es una hermosa oración! Podemos repetirla muchas veces: «¡Señor, sálvame!».
Y el gesto de Jesús, que inmediatamente extiende su mano y toma la de su amigo, debe ser contemplado en profundidad: Jesús es esto, Jesús hace esto, Jesús es la mano del Padre que nunca nos abandona; la mano fuerte y fiel del Padre, que siempre y solo quiere nuestro bien.
Corazones vueltos a Dios
“Tener fe – añade Francisco – significa, en medio de la tormenta, mantener el corazón vuelto hacia Dios, hacia su amor, hacia su ternura de Padre”.
Jesús quiso enseñar esto a Pedro y a los discípulos, y también a nosotros hoy. En los momentos oscuros, en los momentos de tristeza, Él sabe bien que nuestra fe es pobre – todos, ¿eh?, Somos gente de poca fe: todos, incluso yo, todos – y que la fe es pobre y que nuestro camino puede ser difícil, bloqueado por fuerzas adversas.
Pero Él es el Resucitado, no olvidemos esto: Él es el Señor que pasó por la muerte para traernos a salvo. Incluso antes de que comencemos a buscarlo, él está presente a nuestro lado. Y al levantarnos de nuestras caídas, nos hace crecer en la fe.
Después del Ángelus, el pensamiento del Papa se dirigió al Líbano, escenario de una dramática doble explosión el martes pasado. El Santo Padre renovó su llamado “a la ayuda generosa de la comunidad internacional”.
Francisco también recordó el 75 aniversario de los “trágicos bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki” e instó a la comunidad internacional a comprometerse con “un mundo libre de armas nucleares”.
Artículo originalmente publicado por Vatican News y traducido por Aleteia