Una advertencia que lanza la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en tiempos donde casi todos los titulares tienen que ver con la pandemia ¿Qué pasa con la malaria y con el dengue en América Latina? Eran dos preguntas disparadoras en tiempos de incertidumbre por la pandemia del coronavirus. Pero habría que agregar una más: ¿y con las enfermedades infecciosas?
Coronavirus en América Latina (imágenes)
La encargada de ensayar una respuesta, pero también una advertencia, en las últimas horas fue la propia Organización Panamericana de la Salud (OPS), que ha lanzado un mensaje en el que señala que la pandemia del coronavirus “amenaza los planes regionales para eliminar y controlar enfermedades infecciosas como la tuberculosis, el VIH y la hepatitis”.
“Los países no pueden retrasar la lucha contra la COVID-19, pero no debemos dejar que COVID-19 nos demore en completar nuestra agenda incompleta de eliminar y controlar enfermedades infecciosas”, expresó la directora de la OPS, Carissa F. Etienne.
En base al propio relevamiento reproducido por la OPS, “el 80% de los países de América Latina y el Caribe notificaron que tienen desafíos en la administración de tratamientos contra la tuberculosis”.
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Del mismo modo, prosigue, “el 30 por ciento de las personas que viven con el VIH están evitando buscar atención, y existe un suministro limitado de medicamentos antirretrovirales”.
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Por último, la notificación de un tercio de los países con inconvenientes para realizar prueba de detección de hepatitis, aspecto clave para el posterior tratamiento.
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“El progreso para alcanzar este hito está ahora amenazado, debido a la carga de COVID-19 para los sistemas de salud, y a la interrupción de los servicios esenciales, incluidos los programas prioritarios de control de enfermedades, las iniciativas de eliminación y la inmunización sistemática”, consideró Etienne.
Por otro lado, como parte de las inquietudes iniciales, también se insiste en que tanto la malaria como el dengue siguen representando una carga enorme para los servicios de salud, siendo las poblaciones más vulnerables del continente las más golpeadas, entre ellas, el gran ejemplo de las comunidades indígenas.
Por último, a modo de contrarrestar esta situación sobre las enfermedades infecciosas, el llamado a que los sistemas de salud puedan facilitar la atención de los pacientes a través del desarrollo de la telemedicina y hasta de programas de medicina comunitaria, al igual que la propia visita a los hogares. También, además del reconocimiento, la necesaria protección del personal de salud, en primera línea de batalla en todos los casos.
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Las Américas se han convertido desde hace varias semanas en el epicentro del coronavirus a nivel mundial, dejando de momento más de 10 millones de personas fallecidas y con 100.000 nuevos casos cada día. Pero con todo esto queda claro que detrás de esta gran lucha también aparecen otros inconvenientes eclipsados por la actual pandemia. Estas enfermedades están ahí y siguen representando una fuerte amenaza para la salud de millones de personas.
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