Un proyecto de viaje para incentivar el turismo interno, aspecto que se ha visto potenciado en diversos países debido al coronavirus Adaptación, creatividad. Tan solo breves conceptos que hacen referencia a uno de los sectores más afectados por la crisis del coronavirus: el turismo. Es que desde que estalló la pandemia los diversos países han tenido que bajar la “cortina” de manera abrupta y han tenido que detener todo aquello que implicara contacto con terceros, aglomeraciones, etcétera.
No obstante, con el correr de los meses –y en el medio de la denominada “nueva normalidad” de la mano de cierta flexibilidad- también se han ido potenciando otras propuestas, entre ellas la de buscar la manera de redescubrir –siguiendo estrictos protocolos- esos sitios locales (idealmente más alejados y con el contacto con naturaleza como fuerte) que nunca formaron parte de propuestas para el descanso o vacaciones.
Si bien todo esto ya se está extendiendo un poco más, un solo ejemplo es lo que se está viviendo en Ecuador, país de América Latina que en los últimos días ha presentado un proyecto que implica a cinco ciudades: “Camino de los Andes”.
Se trata de un recorrido que empieza por la capital Quito –a través a través de su gastronomía y Centro Histórico-, pasando por Latacunga (volcanes), Cotopaxi e Illiniza, siguiendo por Ambato, hasta luego recorriendo la ruta de las Iglesias de Riobamba (donde aparecen sitios como San Antonio de Padua o la Catedral La Basílica) y llegando a Cuenca para disfrutar también de los parques nacionales, recuerda un informe de El Universo con respecto a esta propuesta.
Lo que hace este circuito –además de integrar a diversos municipios- es lograr unificar la región Interandina en Ecuador, recuerda ese medio.
Aire libre, familia
Pero aspecto fundamental para que el turismo en plena pandemia pueda ser viable es garantizar todo lo vinculado a los protocolos de bioseguridad, principalmente para que haya confianza en quien tenga que emprender un viaje.
En ese sentido, se indica, “Camino de los Andes” contempla estos aspectos y ofrece también un punto clave, el contacto con la naturaleza a través de actividades al aire libre.
Sin duda todo esto –de la mano de la sostenibilidad y la oportunidad de vivir una experiencia única- favorece que el turismo en pandemia sea vivido de manera especial para las familias, pues está recomendado que los que lo hagan formen parte de mismo círculo de convivencia.
Precisamente, todo lo vinculado a este aspecto familiar se verá favorecido de la mano de la contemplación de la Creación, en este caso con una propuesta en Ecuador, pero que perfectamente está siendo asimilada en muchas regiones del mundo.
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