El arduo trabajo de Mónica Astorga, animada por el Papa FranciscoTras un arduo trabajo de años, acompañado por el propio Papa Francisco, la superiora del Convento de Carmelitas Descalzas de Neuquén logró que el municipio local ceda terrenos al monasterio y con fondos de la provincia se construya un complejo habitacional para mujeres trans.
“El Condominio Social Tutelado para mujeres trans” es un espacio de 12 monoambientes que permitirá alojar a personas trans de entre 40 y 70 años que viven en situación de extrema vulnerabilidad. Será administrado por la Orden de Carmelitas Descalzas, cuya superiora local, la hermana Mónica Astorga, lleva adelante desde 2006 una intensa labor pastoral con este grupo.
Todo comenzó ese año con la visita a una Iglesia de una persona trans prostituida que quería colaborar con el diezmo de su labor. La hermana Mónica venía trabajando con jóvenes en situación de extrema vulnerabilidad como adictos y condenados a prisión perpetua. De ese diálogo, surgió un encuentro con un grupo más amplio, y un diálogo con Katy Villagra que la cambió para siempre: “Me dijo que su sueño era tener una cama limpia para morir porque esa noche, cuando saliera a la ruta, no sabía si volvía o si terminaba en la cama de un hospital, donde ‘ni las sábanas cambian’”.
Desde entonces, con su acompañamiento y apoyo, muchas han logrado abandonar el flagelo de la prostitución. “Estoy re feliz, muy agradecida a Dios y a la hermana Mónica que se re portó con nosotras. Hay que hacerle un monumento a esa monja, está en todos los detalles. ¡La han atacado tanto! Pero con la fuerza que Dios, sigue tirando por nosotras”, expresó durante la inauguración Paola, una de las habitantes del complejo, según consigna la Agencia Télam.
Se trata de casas en monoambiente con 40 metros cuadrados, baño y cocina, un salón de usos múltiples y un parque para ser destinado a huerta, recreación y estacionamiento. No tendrán que abonar alquiler, y si cumplen con las normas de convivencia, las habitarán toda su vida.
“Mi sueño era que las trans tuviesen una casa digna. Porque nunca se les da esta oportunidad. No tienen derecho a nada”, expresó la hermana Mónica. Conseguirlo, no fue fácil. No sólo por las gestiones de por sí complejas para una religiosa de clausura, sino también por el rechazo que en su momento expresaron los vecinos, quienes al principio pensaban que la obra se trataba de una toma ilegal. En ese momento, la Hermana Mónica fue casa por casa llevando paz y explicando.
El Papa Francisco respalda desde hace años la labor pastoral de la hermana Mónica. “A veces le pregunto cómo hacer cuando me dicen cosas feas, y él siempre me repite: ‘no dejes la oración y seguí con esto, yo te acompaño’. Y el último mail me dijo ‘¿Jesús la pasó mejor o peor? No pretendas pasarla bien cuando haces algo'”, contó. Ya hace años había elogiado su labor: “En la época de Jesús, los leprosos eran rechazados así. Ellas son los leprosos de la actualidad. No dejes el trabajo de frontera que te tocó”.
Y ante este nuevo gran paso de su obra, le escribió: “Querida Mónica, Dios que no fue al seminario ni estudió teología te lo retribuirá abundantemente. Rezo por vos y por tus chicas. No se olviden de rezar por mí. Que Jesús te bendiga y la virgen santa te cuide. Fraternalmente, Francisco”.