Se trata de Fernando de Noronha y está ubicada en Brasil, uno de los países más afectados de coronavirus en el mundoBasta una simple búsqueda en Google para que empiecen a saltar palabra y conceptos como “paraíso”, “lugar inigualable” o “Patrimonio de la Humanidad”.
Sin dudas que todo eso tiene que ver con Fernando de Noronha, pues en definitiva se trata de un bello archipiélago (vinculado al Estado de Pernambuco, Brasil) en medio del océano Atlántico y con lugares cercanos como Fortaleza, Natal y Recife (fuertes atractivos del nordeste).
Debido a todas estas cualidades, el archipiélago también ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2001, un aspecto más que la posicionan como maravilla de la Creación.
Sin embargo, en los últimos días a las búsquedas de Google se sumó un aspecto que generó la atención a nivel internacional, pues también trascendió que Fernando de Noronha obtuvo la habilitación para la reanudación del turismo solo con una condición: que los que visitantes acrediten que tuvieron COVID-19 y que están “curados”.
La medida comenzaba a tener efecto desde este martes 1 de septiembre, pero recién había solamente un vuelo programado para el sábado 5, recuerda el portal G1.
En ese sentido, prosigue el medio en base a la administración de la Isla, los visitantes ya empezaron a presentar pruebas con la comprobación de estar aptos para el viaje, aunque hasta este martes aún no se conocía el número turistas que llegarían el sábado.
Toda esta situación, vinculada a la exigencia de un eventual “pasaporte inmunológico” hace que se trate de un caso excepcional en una zona que depende del turismo, pero también dentro de unos los países más afectados por la pandemia del coronavirus, gigante sudamericano con casi cuatro millones de casos positivos y un número de fallecidos superior a 120.000.
¿Hay algún sitio religioso?
Una vez superadas estas barreras –que se transformaron en tema de conversación, como no podía ser de otra manera- en los últimos días, aparece otra pregunta oportuna para los que demuestren interés en los aspectos religiosos de los sitios.
Es ahí donde, entre estos espacios, se destacan dos iglesias: la capilla de San Pedro y la Iglesia Nuestra Señora de los Remedios.
En el primer caso, se trata de una pequeña y humilde capilla de color blanco ubicada en la cima de una montaña, que tiene mucho vínculo con los pescadores ya que está dedicada a San Pedro.
Es un lugar acogedor y elegido muchas veces para bodas, pero también para contemplar las maravillas de la Creación, entre ellas la gran “delicia” de apreciar cómo luce el agua al amanecer. En el exterior, como acompañando, una gran cruz de madera.
En cuanto a la Iglesia Nuestra Señora de los Remedios, se trata de una construcción colonial (Siglo XVIII) donde se destacan los colores blanco y amarillo. Al igual que la capilla, esta iglesia hace honor a la patrona de la isla, Nuestra Señora de los Remedios (incluso, el nombre del pueblo en el que está ubicada es Villa de los Remedios).
Es una estructura que también suele cautivar por sus adornos. Fue declarada patrimonio histórico en 1937.
Sin dudas, dos opciones increíbles -de momento solo para quienes ya tuvieron COVID-19 y están curados- para alternar actividades como la práctica del surf, buceo o simple contacto con la naturaleza.
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