Hoy más que nunca, cuando el teletrabajo se ha multiplicado, se hace necesario aprender a luchar contra la procrastinación tanto en la vida personal como profesional y organizar mejor el manejo del tiempo. Dejar de aplazar o posponer tareas y obligaciones y ser resolutivos para empezar a vivir más, con mayor motivación, menos estrés y sin dilatar lo que importa.
En su libro “Deja de Perder el Tiempo”, Garlan Coulson comenta que una actitud procrastinadora hace que perdamos muchas oportunidades y, en definitva, vivamos menos.
Para romper este ciclo vicioso propone una serie de técnicas que nos permitirán aprovechar un recurso vital tan valioso como es el tiempo. Aquí, algunas de ellas.
Divide el trabajo en bloques de tiempo
Al crear secciones de horas en tu calendario para hacer cosas, estarás enfocado y avanzarás más rápido sin reuniones o llamadas que pueden interrumpirte y afectar a la calidad del tiempo de tu trabajo. Cierra notificaciones como el teléfono y destina la revisión de mensajes para un momento concreto del día.
Comienza por lo más complejo
Cuando elijas tus tareas comienza por lo más costoso o lo que sabes que te llevará más tiempo teniendo en cuenta también el momento del día en que sueles ser más ágil. Elige tu mejor momento y trabaja duro allí. Podrás asegurarte lo más trabajoso o importante y luego lo simple para cuando aparezcan tareas imprevistas durante el día o ya estés cansado.
Delimita tu zona de trabajo
Con el teletrabajo fácilmente uno puede pasar todo el día trabajando. Cuando uno vuelve a casa mentalmente suele dar por terminado el trabajo de ese día. Delimitar la zona de trabajo en casa puede ayudar a marcar el límite usando otra habitación por ejemplo y hacer todas las tareas en esa zona exclusiva de trabajo.
Toma pausas para comer
Es recomendable no comer en el escritorio en el que trabajas, y si es al aire libre aún mejor. Una caminata durante tu tiempo de almuerzo puede marca la diferencia en tu productividad. En la oficina o en casa es más difícil desconectar, o hay más chances de recibir más trabajo o interrupciones cuando uno debería estar descansando. Saliendo se renueva la energía y cambia la perspectiva, el cerebro se desconecta y surgen nuevas ideas.
Marca una diferencia entre una tarea y la siguiente
Dividir las tareas puede ser muy útil. Para diferenciarlas hay que ir desplazando la atención y evitar la multitarea, saltando de una a otra. Es mejor dividirlas para no perder energía extra. Con la multitarea uno puede sentir la satisfacción inmediata de finalizar tareas pequeñas pero se hace difícil con los proyectos más grandes. Empezar y terminar una tarea nos puede permitir ahorrar mucho tiempo.
Busca espacios productivos alternativos
En casa podemos distraernos fácilmente. Puede ser útil pasar momentos en la oficina o si es necesario buscar un sonido de ambiente que nos recuerde a ese lugar donde podemos enfocarnos mejor. Ir a un sitio determinado como una biblioteca o un café pueden ser espacios útiles para cumplir con una tarea puntual y eliminar distracciones.
Aprende a decir que no
Un problema muy frecuente es cuando no podemos decir que no a nada. Decimos que haremos algo sin tener en cuenta las consecuencias de esa decisión. Esto lleva a tener siempre cosas pendientes y terminarlas muy cansados. Ante cualquier propuesta, tómate un momento para reflexionar sobre lo que implica su consecución.
Traza plazos
Evita los proyectos con fines indeterminados o proyectos de final abierto. Escribe siempre una fecha límite para hacerlos más tangibles que una simple decisión y utiliza recordatorios para crear un sentido de urgencia para evitar que las distracciones los hagan a un lado. Esa pequeña presión del límite podrá ayudarte a no perder el foco.
No busques la perfección
Cuando somos perfeccionistas solemos dedicarle mucho tiempo a una misma cosa para revisarla y mejorarla. Damos muchas vueltas y nos encerramos en un círculo de inconclusión que no nos permite hacer otras cosas. Hacerlas bien no significa que tengan que ser perfectas. Ese afán, aun con buenas intenciones, puede convertirse en algo perjudicial.
Haz cosas que no se relacionen con tu trabajo
Si tomas días de vacaciones, fines de semana o algunas semanas, aprovecha a descansar. Puedes elegir un día de la semana para la aventura. Minimiza las distracciones tanto como puedas y enfócate en vivir eso, una cosa a la vez. Y si es algo físico, aún mejor. Planifica las actividades recreativas o hobbies y si no sabes cuales son, encuéntralos.