Aunque las cestas con asa han existido durante mucho tiempo, ahora están tomando una nueva vida debido a los riesgos para la salud de la pandemia de coronavirusProbablemente has visto en las iglesias dispensadores de agua bendita.
Y quizás confesionarios con metraquilato.
Ahora lo que se necesitaba eran cestas para pasar la colecta con asa retráctil, para completar el equipamiento perfecto de una parroquia en tiempos de Covid-19.
A algunos no les falta imaginación para adaptarse a las limitaciones sanitarias generadas por la pandemia.
En esta parroquia de Val d’Oise, en Francia, un ingenioso octogenario puede presumir de ser el inventor de la cesta con palo telescópico extraíble.
“¡Bíblicamente simple!”, en sus modestas palabras.
El anciano montó un mango de escoba retráctil y una canasta pequeña con un mango de sartén extraíble. Después lo atornilló todo bien con una pinza.
Una forma de respetar las distancias de seguridad y recuperar un poco las finanzas de la parroquia.
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