Incendios forestales y una histórica sequía, tienen a maltraer al Paraguay durante los últimos días. La preocupante situación movilizó al sacerdote Daniel Pesce, de 34 años, quien se sumó al Cuerpo de Bomberos Voluntarios para contribuir en los momentos de crudeza y dificultadLos más 13.000 puntos de calor que afectaron a Paraguay durante las últimas semanas ponen en aprietos a las autoridades y los bomberos, no dan abasto. El Gobierno local decidió pedir ayuda internacional ante la falta de recursos.
Por otro lado, los ríos Paraguay y Paraná registran una histórica bajante que empieza a afectar a la producción, la navegabilidad y su efecto sobre los bosques favorece a la proliferación de los incendios.
La gran cantidad de incendios también preocupa a la Iglesia, que por medio de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) pide a la ciudadanía su colaboración para frenar las quemas intencionales, que da origen a la mayoría de los puntos de calor.
Movido por la preocupante situación, el sacerdote Daniel Pesce, decidió unirse al Cuerpo de Bomberos Voluntarios, desde donde puede dar un poco de esperanza a las personas que sufren durante los siniestros.
El padre Pesce, vicario de la parroquia San Lorenzo de Ñemby, se integró a los voluntarios de la 15ta Compañía de Bomberos de Ñemby y forma parte de los miles de servidores trabajan para sofocar las llamas, incluso poniendo en riesgo su propia vida.
El sacerdote explica que su presencia entre los bomberos va de la mano con lo que plantea el papa Francisco en su encíclica Laudato si’, que es el cuidado de la casa común y del planta.
“Dentro de la compañía puedo estar cerca de las personas en momentos de crudeza y dificultad. Cuando soy bombero soy más sacerdote, estoy invitado a rezar fuerte por las personas que están por perder la vida y por sus familiares, así como cunado destrucción grande de la naturaleza como son los incendios forestales”, explicó el padre Pesce a Aleteia.
El vicario de la parroquia San Lorenzo aseguró que cuando se desempeña como voluntario, su “corazón y alma están puestas en la oración para que el daño no sea grande o total”. Incluso, dijo que cuando hay una persona que está por partir puede realizarle la absolución de sus pecados.
Combate contra los incendios
El sacerdote Daniel Pesce, recordó que la semana pasada acudió a una emergencia en la ciudad de Areguá, Departamento Central, donde un incendio consumió gran pate del bosque autóctono de la zona. Dijo que la situación fue preocupante ya que las llamas se aproximaron a las viviendas.
“Estuvimos trabajando con diferentes compañías de bomberos ya que el fuego estaba llegando a la población. Algo que me marcó es que se pudo frenar las llamas a solo tres metros de una gasolinera. Pudo ser una desgracia mayor”, aseguró.
Respecto a los incendios forestales, el sacerdote dijo que le provoca mucha tristeza ver la destrucción total de la naturaleza y los animales calcinados. “Más triste es saber que el 99% de estos incendios forestales se pueden prevenir ya que son causados por los hombres. ¡Qué poco amor tenemos por la creación de Dios!”, expresó.
“Provoca tristeza que el hombre pareciera tener un desprecio por la naturaleza. Los incendios se producen por inconciencia. Como dice el papa Francisco, la ambición desmedida por el dinero es capaz de destruir todo”, lamentó.
El sacerdocio, “lo mejor que le pasó en la vida”
Daniel Pesce explicó que decidió unirse a los bomberos tras visitar a la compañía para hacer llegar ayuda durante la pandemia del Covid-19. Sin embargo, dejó en claro que este es un servicio que lo realiza priorizando sus labores pastorales.
“El tiempo en el que podría estar descansando lo paso sirviendo como bombero y lo hago con mucha alegría, pero sin dejar de ser sacerdote. El sacerdocio es lo más hermoso que me ha pasado en la vida, es mi primera y única vocación, esto es un servicio”, aseguró.
El sacerdote nacido en Buenos Aires, Argentina vive en Paraguay desde hace 16 años. El mismo instó a los jóvenes a leer el Laudato Sí para empaparse del amor hacia la creación divina.
“Quiero animar a los jóvenes al compromiso desde dentro de la Iglesia y pedir a los párrocos a que abran sus parroquias para que ellos puedan decidir y participar. Ellos son el factor de cambio que necesitamos en este mundo”, concluyó.
Obispos preocupados por la devastación
La Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) emitió un pronunciamiento tras la ola de incendios que afectan al país sudamericano y expresaron su preocupación. A su vez, destacan la labor de los bomberos.
Los obispos hicieron un llamado a la ciudadanía para frenar este flagelo evitando quemar basuras y bosques. Asimismo piden tomar conciencia de las graves consecuencias de las quemazones.
“Este desastre natural no debe ser minimizado porque produce una devastación dañina y perjudicial no solo al medio ambiente, sino a todas las personas, sobre todo, a aquellas que soportan enfermedades respiratorias”, expresaron los obispos.
La CEP pidió a todas las personas de bien ser verdaderos “custodios de la creación, del designio de Dios inscrito en la naturaleza, guardianes del otro, del medio ambiente”.
Según el Instituto Forestal del Paraguay, durante las últimas semanas se produjeron al menos 13.000 focos de calor en este país. Las autoridades suponen que más del 90% de los incendios tienen relación con la participación humana.
La quema controlada de bosques, el cambio de uso del suelo y la incineración de basura son los principales hechos que dan inicio a las llamas, que posteriormente se descontrolan.
Según la Dirección General de Estadísticas y Censo, en Paraguay cerca de 700.000 hogares queman su basura, a pesar de que las leyes vigentes lo prohíben. Esta situación se da mayormente en las áreas rurales donde no existe un sistema de recolección de residuos.
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