Una acusación falsa tiene el poder de arruinar, o incluso acabar, una vida. Estos santos son testigos de que es posible no solo sobrevivir a tales acusaciones, sino también crecer en santidad en el proceso. Su ejemplo sirve para aquellos que han experimentado el sufrimiento después de que se les acusara falsamente.
Algunos pudieron limpiar sus nombres, otros fueron a la muerte por las mentiras
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