Marta Páramo fue una madre cuando era una adolescente. Ha podido sacar adelante a su hija y ser felizEs otro día más, te preparas, desayunas, tomas los libros y hoy tu preocupación no es si te va mal o no en el examen de Matemáticas. No, ahora no estás preocupada por tus estudios, no puedes… Porque, pese a tu corta edad, te enfrentas a una prueba mucho más grande, una que va a durar para toda tu vida: otra vida.
Son miles las preguntas que te vienen a la mente: ¿Qué hago con el cole? ¿Y mi futura carrera? ¿Qué dirá mi madre? ¿Y mi padre? ¿Mis hermanos? ¿Mis abuelos? ¿Mis tíos? ¿Mis primos? ¿Y mis amigos? ¿Seré capaz de cuidar a mi bebé, de darle aquello que necesita? ¿Estoy preparada? ¿Cuánto cuesta económicamente mantener un hijo? ¿Mi novio? ¿Quiere ser padre? ¿Se quiere responsabilizar de nuestro bebé? ¿Qué será de nosotros? Y, como no, la pregunta más importante: ¿Seré una buena mamá?
Estas son algunas preguntas que se hizo Marta Páramo8 que a los 16 años se quedó embarazada. Aquí ella misma cuenta su testimonio.
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La Organización Mundial de la Salud estima que cada año dan a luz 16 millones de adolescentes, con edades comprendidas entre los 15 y 19 años. Un 95 % de esos nacimientos se producen en países en vía de desarrollo, lo que representa el 11 % de todos los nacimientos en el mundo.
Las causas pueden ser muchas: falta de información; actitud irresponsable propia de un adolescente; consumo de drogas o alcohol; violencia o abuso sexual; etcétera. Pero más allá de las causas, los que nos gustaría tratar en este artículo es el apoyo psíquico y emocional que necesita una joven embarazada, y más aún siendo adolescente.
Sea cual fuera el nivel socioeconómico de esta chica, está claro que la primer fuente de apoyo debe provenir de la familia, de los padres. Ciertamente a un padre le costará mucho aceptar la situación que afecta a su hija y, por lo tanto, a su familia, pero es muy importante que la adolescente sienta que en su casa le dan la tranquilidad necesaria en este tsunami que está viviendo.
Tras aceptar la situación, es importante que reciba de su padres el soporte y las orientaciones que necesita las que hace tan solo uno o dos años era una niña. Ahora toca dar seguridad a la hija que en breve amamantará a su bebé, gestado durante los próximos meses en su joven vientre. Dada la corta edad de la madre, los médicos consideran estos embarazos de riesgo, por lo que ofrecer tranquilidad es una imperiosa necesidad, tanto para la madre como para el bebé.
Por otra parte, contar con la aceptación de sus amigos es de suma importancia, especialmente durante la etapa de la adolescencia. Así que el apoyo y la comprensión por parte de amigos contribuye positivamente con el bienestar de la madre. Los amigos tienen que ser otro espacio para contener inseguridades y frustraciones de la madre. Y, por otra parte, ellos recibirán una gran lección de vida.
Es fundamental también que continúe sus estudios. Para ellos los colegios han estar dispuestos para aceptar y a apoyar a estas estudiantes ahora cuentan con una circunstancia muy particular: necesitarán adaptar sus estudios a sus nuevas responsabilidades y recibir facilidades por parte de sus profesores a la hora de realizar los trabajos y exámenes, por ejemplo.
Me acuerdo de una linda experiencia que tuve en un colegio un poco apartado de la ciudad, dónde su directora preocupada por un curso “especial” nos llamó para que durante una semana diéramos una charla vocacional. ¿Qué tenía de especial este quinto año? En la clase había tres muchachas embarazadas y otra ya había tenido un bebé.
La preocupación de estos excelentes docentes era que sus alumnas continuaran sus estudios, continuaran con sus sueños. Sabían muy bien que sus vidas habían cambiado, que ahora tenían nuevas responsabilidades, pero no por eso podían dejar de seguir soñando o apostando a un futuro diverso. Quizás lo único que cambiaría serían los tiempos para realizarlo.
¿Y qué pasa cuándo una adolescente no tiene el apoyo de la familia, de sus amigos, ni del colegio?
Seguramente en su zona habrá alguna estructura para apoyarla a ella y a su bebé. Generalmente se puede preguntar en la maternidad o establecimiento dónde se hace los controles. También existen muchas órdenes religiosas que se dedican a atender y brindar apoyo a las mamás solteras.
Lo importante es que lo confíes a alguien y pidas ayuda, tú no estás sola ni tu bebé tampoco…
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