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Juan Manuel Cotelo: “Amar no es una teoría ni un sentimiento”

JUAN MANUEL COTELO
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José Luis Panero - publicado el 21/10/20
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El 21 de octubre INFINITO + 1 estrena en YouTube la serie ‘Contagiosos’, “una pandemia de esperanza”Llega a la popular plataforma audiovisual el último trabajo de Juan Manuel Cotelo -también actor, guionista y director de cine (El sudor de los ruiseñores, 1998)-, que como todas las sabias y luminosas iniciativas de la productora INFINITO + 1 da un paso más en el conocimiento del amor de Dios.

Por tal motivo, Aleteia ha podido hablar con él. Recordamos que Cotelo además es autor, entre otras producciones, de La Última cima, Tierra de María, Footprints, la serie Te puede pasar a ti  o El mayor regalo.

¿Cómo nace este proyecto?

Todo lo que hacemos en la Fundación INFINITO + 1 surge del deseo de servir al espectador individual, no a la masa. Nos preguntamos “¿qué necesita escuchar una persona, hoy? ¿Cómo podemos ayudar?”. Hoy sufrimos una pandemia real de falta de esperanza, provocada por el fracaso de las fórmulas de éxito que se nos han vendido en las últimas décadas y hemos aplicado con una fe ciega. Quien haya creído y aplicado esas fórmulas que prometían la felicidad, la libertad, el progreso… hoy se encuentra defraudado, desorientado.

En cambio, quien haya confiado y aplicado las palabras de Jesucristo en su propia vida, sabe que funcionan. No te hacen más listo, más guapo, más sano ni más rico, pero sí te dan la paz y el sentido que anhela el corazón humano. Y esa paz se siente por dentro y se proyecta hacia fuera.

Las personas que se dejan conquistar por el amor de Dios transmiten luz, paz, fortaleza, entusiasmo… incluso cuando atraviesan periodos de enorme sufrimiento. El proyecto de Contagiosos surgió de querer anunciar a todo el mundo que se puede tener paz, hoy. No es una utopía.

Aquí puedes ver este primer capítulo:

¿Por qué en formato de serie?

Porque el contenido da para muchos capítulos. Podíamos condensar todo en una hora y media, pero vimos que era más apropiado iniciar una serie ilimitada de capítulos. Serán los propios espectadores quienes decidan cuántos capítulos produciremos. Si los espectadores nos dan su voto de confianza, podremos producir más capítulos, gracias a las donaciones realizadas a la Fundación INFINITO + 1. Esta serie se sostiene gracias a sus donantes.

¿En qué se distingue su trabajo de otras series de la parrilla televisiva actual?

La verdad es que no lo sé, porque no nos lo planteamos. En la Fundación INFINITO + 1 procuramos no compararnos con nadie. Apostamos por los contenidos y las formas que surgen de nuestra propia personalidad, sin detenernos a buscar parecidos o diferencias con los demás. No aspiramos a ser mejores que los demás, ni nos preocupa ser peores. Lo único que nos importa es ser fieles a nuestra misión específica.

Con el virus de la COVID tan marcado, ¿no resulta osado llamarla ‘Contagiosos’?

Teníamos pensada la serie, con ese título, desde antes de que surgiera el virus. Cuando vino la pandemia, leímos unas palabras del Papa Francisco con las que invitaba a “contagiar” amor y nos gustó que usase esa misma palabra, confirmándonos el concepto que ya queríamos transmitir. Decía así: “El peligro de contagio de un virus debe enseñarnos otro tipo de contagio, el del amor, que se transmite de corazón a corazón”.

 

 

¿De dónde salieron los protagonistas?

De la vida misma. Son personas normales, de circunstancias diferentes. Todos conocemos a personas que transmiten alegría, paz, fortaleza, bondad, amor. Y no de forma puntual ni superficial, sino auténtica. Su alegría no es fruto del maquillaje. Su alegría brota de su generosidad, de que su mirada está más pendiente de los demás, que de sí mismos. Eso es lo más atractivo y contagioso que existe.

¿Cómo cree que reaccionará el espectador?

Espero que los espectadores se contagien del deseo de amar. Que sientan el gusanillo interno para salir de sí mismos y vivir pendientes de los demás. Que descubran que se puede ser feliz, sin ser especial y sin que te toque la lotería. Que busquen lo que esas personas tienen y se atrevan a aplicarlo a su propia vida, sin quedarse en una pura admiración externa.

¿Dónde podrá verse la serie?

Por ahora, en el canal de YouTube de la Fundación INFINITO + 1. Pero podría pasar lo que nos ha sucedido con una producción anterior, Catequizis, que empezó en YouTube y después ha sido adquirida por alguna televisión.

¿Cómo ha sido el proceso de producción?

Muy gratificante. Los protagonistas nos han puesto fácil la tarea, dejándose filmar y entrevistar por Alexis Martínez, realizador de todo lo que hacemos en INFINITO + 1 desde que empezamos. Si una persona abre su corazón honestamente ante nuestras cámaras y micrófonos, ya está hecho el 50% del trabajo. Lo que comparten es tan enriquecedor, que no necesita apenas adornos. El otro 50% es dar un tratamiento formal a esas conversaciones, para facilitar que el fondo brille aún más. Procuramos que la forma nunca se coma al fondo, sino que lo resalte. Lo importante es el alma del protagonista y el alma del espectador.

¿Qué está aprendiendo de esta experiencia?

Estamos aprendiendo a amar. Es un aprendizaje que nunca acaba, porque amar es un ejercicio práctico de entrega, de sacrificio, de servicio a los demás. Amar no es una teoría ni un sentimiento, es una donación permanente de uno mismo. Y también aprendemos a ser amados. Este aprendizaje también es fundamental. No basta con amar, hemos de descubrir y aceptar que somos amados y que necesitamos a Dios y a los demás para nuestro propio crecimiento. Sin esa aceptación de nuestra dependencia y fragilidad, caemos en el voluntarismo, ponemos límites a nuestro crecimiento por no estar dispuestos a aceptar ayuda ajena que tal vez no merecemos, pero sí necesitamos.

¿Por qué hoy en el mundo hay ausencia valores, de sensibilidad o de culto a la belleza?

No comparto el diagnóstico. No hay ausencia de valores, ni de sensibilidad ni de culto a la belleza. El problema está en creer que basta con los “valores” para sanar al mundo. Y la experiencia demuestra que esos “valores”, por muy positivos y bienintencionados que sean, no son suficientes para sanar las enfermedades del corazón humano. Jesucristo no vino al mundo para predicar “valores”, sino para ofrecerse a sí mismo como redentor del mundo. Y dijo algo muy claro, que podemos aceptar o rechazar: “Sin Mí, no podéis hacer nada”. “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”.

El día en que una persona deja actuar libremente a Jesucristo en su propia vida, todo mejora porque comprueba la eficacia sanadora de Jesucristo. No es una teoría en la que creer, sino un modo nuevo de vivir. Y cuando alguien pone toda su confianza en la eficacia de los “valores”, está comprando un billete para un viaje muy corto, que pronto le defraudará. Es mi experiencia y la de tantas personas.

¿Qué medidas propondría para sanear la crisis del sector cultural, tan vapuleado por la COVID?

Todas las crisis tienen una primera fase descendente, una caída libre, en picado, que asusta. Pero también todas las crisis pueden derivar en una curva ascendente, en la que se llega más alto que antes. El punto de inflexión, de la caída libre al resurgimiento, siempre depende de la creatividad y del valor que se tenga para abandonar prácticas caducas y afrontar fórmulas nuevas.

La COVID nos ha puesto a todos en crisis. Cuanto antes pasemos de “¡oh, qué horror!” a… “salgamos de esta, con un cambio de actitud”, antes comenzaremos la remontada. Es, sobre todo, una cuestión de mentalidad. Hemos de huir de la queja, del victimismo, de los reproches y acusaciones… y pasar a la acción con espíritu deportivo. El primer paso es mental y de ahí surgen todas las cosas buenas, que hoy no podemos imaginar pero sí podemos empezar a buscar y aceptar, sin aferrarnos al pasado.

¿Cómo ha afrontado Ud. la pandemia?

Con serenidad, tanto en mi familia como en la Fundación INFINITO + 1. La serenidad nos permite pensar y actuar con acierto, mientras que el nerviosismo o el miedo provocan pérdidas de energía, de tiempo y de ánimo. Vivimos día a día, tomando decisiones nuevas en función de la realidad, no de lo imaginado.

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