Conoció a su esposa Dorothea en la secundaria. Tuvieron 4 hijos. “Soy un hombre normal. Un simple marido y padre”
Yeah I, will love you, baby
Always and I’ll be there Forever and a day, always.
Es una de las canciones más románticas que podemos recordar, que hace vibrar al acorde más verdadero del amor: por siempre. Por siempre y un día más canta Jon Bon Jovi. No solo son bellas palabras. Desde hace 40 años está con Dorothea Hurley, se casaron hace 31 años y tienen 4 hijos.
Ella es sin duda mi rock – dijo recientemente el cantante.
Esa tarea de historia copiada
El nuevo álbum Bon Jovi 2020 fue lanzado el 2 de octubre y no es casualidad que el primer sencillo extraído sea Story of love. Jon dijo que sintió la necesidad de escribir el álbum casi en su totalidad por sí mismo y la canción de lanzamiento es una declaración de gratitud para su familia:
Los padres aman a sus hijas como las madres aman a sus hijos
escriben nuestra historia antes que exista
Los padres son el inicio de la historia de sus hijos, una acogida a aquello que será antes incluso de que el niño llegue al mundo. Reflexiona sobre las historias de las personas que se aman, y es curioso que precisamente una tarea de historia haya provocado el amor entre él y su mujer. En la secundaria le dejó copiar un examen de historia, pero él – como hábil compositor de palabras – le dio un toque más romántico a la escena:
Me atrajo inmediatamente, desde el primer momento en que la vi – y sigue hasta ahora. (por Dailymail)
40 años de amor y 31 de matrimonio, una de las parejas más longevas del mundo del espectáculo. Se suele decir así, pero solo la longevidad no expresa en profundidad el valor de una relación. Jon y Dorothea dijeron en una entrevista a People qué significa estar juntos y conocerse desde siempre. El intercambio entre los dos es maravilloso: ella es irónica y sincera, él es más reflexivo e igualmente auténtico.
Dorothea: «Él es hermoso. Ya está, yo soy superficial»
Jon: «Nos encanta estar juntos y nunca hemos caído en las trampas que puede generar el estrellato. Hemos visto con nuestros propios ojos lo que les puede pasar a lo largo de los años a amigos muy cercanos a nosotros o incluso a personas alejadas de nuestro círculo. Escribo canciones. Y soy bueno interpretándolas. Eso es todo. Por lo demás soy un hombre normal. Un simple esposo y padre». (por People)
Voz y alma
¿Quién dice que no puedes ir a casa?
El líder que lava los platos
La última invención dentro de su fundación fue la Soul Kitchen, un restaurante en donde los clientes pagan lo que pueden pagar y si no tienen dinero para hacerlo, pueden contribuir llevando a cabo algún servicio. La idea fue completamente pensada y realizada por Dorothea, pero también Jon ofreció su contribución. En los meses de confinamiento, que la familia Bon Jovi pasó unida en su casa en Nueva Jersey, Jon pasó parte de su tiempo en el restaurante lavando los platos:
Siempre me gustó lavar los platos porque es un trabajo que me permite estar detrás, así en el restaurante entra solo la gente que lo necesita y no aquellos en busca de una celebridad que les firme un autógrafo. (por People)
Rock, o bien la Roca
Hay vínculos humanos resistentes que se consolidan en el tiempo y relaciones afectivas profundas que saben superar las crisis más intransitables. Enseguida después de casarse Jon dijo que no era un hombre perfecto:
En aquella época Bon Jovi dijo que no era un santo y le gustaba cualqueir tipo de matrimonio, su unión se reforzó al superar fuertes golpes. Él subraya que lo lograron. «Ella es el pegamento – declaró – yo soy el loco visionario que tiene la cabeza en las nubes y va por el mundo con la ropa descosida. Ella es quien me sigue con el pegamento, el hilo y la aguja, y mantiene todo unido. Quién sabe cómo, me encuentro siendo la estrella de rock que hace publicidad del matrimonio que dura. Pero acepto este manto porque soy feliz». (por People)
La historia de Jon y Dorothea despierta admiración, ciertamente no son testimonios ideologizados de la verdadera raíz del amor. No es solo emoción fugaz o simple afinidad. Renovar el sí cotidiano a la misma persona que ha visto tus defectos es un desafío a la altura del deseo del corazón humano.
Que puedan ser pegamento el uno para el otro es maravilloso, que tras 38 años se pueda estar agradecido por lo que se tiene gracias a la fidelidad y al apoyo recíproco es también digno de asombro. El matrimonio corresponde al hombre porque respeta la necesidad de ser amados durante el tiempo, de una fidelidad que se renueva dentro de las pequeñas y grandes fracturas de la vida cotidiana. No es una imposición de Dios, en este sentido. Dios no se mete en medio, pero algunos le piden que se meta en el centro. Quien elige decirse sí frente a la Cruz no es “mejor” de quien lo hace frente a un ministro vestido de Elvis; quien pone a Dios tiene una mayor consciencia de la propia fragilidad.
El pegamento humano no es suficiente, por grande que sea el esfuerzo de las personas. Me gustaría que mi abrazo fuera suficiente para salvar nuestro amor, pero no puede; con esta conciencia, algunos se dan cuenta de que hay una alternativa verdaderamente rockera, que es apoyarse en la Roca. Plantar nuestros pies en un bien que es inmensamente más fuerte que nuestras mejores intenciones.