Elige una advocación de María para el nombre de tu hija

Como Madre de Jesús,  la Virgen María es también nuestra Madre. Las buenas madres interceden siempre por sus hijos. Su amor por nosotros nunca cesa por lo que podemos estar seguros que intercede por nosotros en los momentos más importantes de nuestra vida.

María se ha convertido para nosotros en una “puerta de Salvación”. Sus apariciones a lo largo de la historia, han dado lugar a la construcción de santuarios cuyas puertas nos recuerdan ese paso triunfante; lugares terrenales que son centros de oración y fuentes de innumerables gracias para el mundo.

Elegir un nombre inspirado en esta gracia del cielo, no solo nos conecta de manera especial a un lugar santo, sino que al hacerlo estamos entregando un regalo que nos dispone interiormente a hacer crecer un valor cada vez que lo pronunciamos.

¿Cuál de estos te gustaría que estuviese asociado al nombre de tu hija?

En esta galería encontrarás 7 preciosas advocaciones de la Virgen María, bonitos nombres para tu niña.

La Virgen María se apareció al apóstol Santiago en el año 40 d.C.en un pilar mientras estaba desanimado y desconsolado por su falta de éxito en su misión evangelizadora. Le aseguró que sus esfuerzos no serían en vano y cumplió con su palabra. Desde entonces, hombres y mujeres santos han visitado ese lugar especial situado en Zaragoza donde se construyó una inmensa Basílica dedicada a Ella.

La devoción a Nuestra Señora del Pilar se propagó fuera de España cuando Cristóbal Colón desembarcó en el Nuevo Mundo el día de su fiesta. Posteriormente fue nombrada patrona de la Hispanidad y ella misma aseguró

Este sitio permanecerá hasta el fin del mundo para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión con aquellos que imploren mi ayuda".

Pilar es un nombre de gran fortaleza y lleno de espíritu misionero. Nos recuerda que no solo nuestra vida debe construirse sobre una base firme en el amor, sino que hay una misión particular para cada uno.

Somos parte de un plan perfecto que cobra sentido al cumplirlo. En momentos de toma de decisiones y dificultades podemos recurrir a María como ayuda y guía.

María se apareció a Santo Domingo de Guzmán en el año 1208 para promover el rezo del Rosario. Le enseñó a rezarlo y le dijo que propagara esta devoción como un arma poderosa contra el mal. Le instruyó que lo predicara por todo el mundo, prometiéndole que muchos pecadores se convertirían y obtendrían abundantes gracias.

La devoción a Nuestra Señora del Rosario se ha mantenido por siglos siendo la oración predilecta y más completa, ya que reúne los misterios de la vida de Jesús y María. Innumerables gracias y milagros han ocurrido por medio del rezo del Santo Rosario.

Rosario es un nombre muy poderoso y lleno de gozo. Significa “la que vive entre rosas” y nos recuerda la importancia de hablar con Dios.

La oración es un acto de amor verdadero para ayudar a los que más queremos y recibir consuelo. En cada momento de nuestra vida podemos buscar un punto de encuentro con María que nos enseña a elevar la mirada al cielo.

María se le apareció a San Pedro Nolasco en el siglo XIII para animarlo en la tarea de liberar a los cristianos cautivos sometidos a trabajos forzosos, prisión, maltratos y abandono. Era un comerciante en ese entonces y lo que hacía era utilizar su propio patrimonio para liberarlos y cuando se quedaba sin recursos, formaba grupos de ayuda y asistencia para ayudarles.

La devoción a la Virgen de la Merced o de las Mercedes se popularizó en muchos países latinoamericanos y ha sido patrona de los Mercedarios comprometidos a dedicar su vida a liberar esclavos, tal así que si era necesario tomaban ellos mismos el lugar del cautivo que estaba en peligro con tal de que no perdiera la fe.

Mercedes es un nombre que alude a la misericordia divina, a la gracia y el perdón. La misericordia es sentir compasión por los que sufren y ofrecerles ayuda desinteresada.

En situaciones desesperantes nos recuerda que podemos recurrir a la fe y jamás sentirnos abandonados, a dar la propia vida para ir al auxilio de nuestro hermano necesitado.

María se apareció al superior general de la orden del carmelo San Simón Stock cerca de la Fuente de Elías en el norte de Israel en el siglo XII, a quien le entregó sus hábitos y el escapulario, principal signo del culto mariano carmelita.

La devoción a la Virgen del Carmen se propagó a través del escapulario que es una versión modificada de la propia prenda de María y simboliza su protección especial. En 1726 se convirtió en una celebración de la Iglesia universal y durante siglos los carmelitas se han visto a sí mismos como parientes especiales de María.

Carmen es un nombre que nos revela la importancia de la riqueza espiritual escondida en lo cotidiano, la invitación a despojarnos de todo lo que es ajeno al corazón para vivir con simplicidad buscando devotamente las cosas buenas y adoptar la sencillez, la pobreza de corazón y la humildad de María como tesoros en nuestra vida.

María se apareció al indio San Juan Diego en la ciudad de México el 12 de diciembre de 1531 realizando un milagro de conversión de millones de indígenas del Nuevo Mundo. Desenvolvió su manta mostrando flores que al esparcirse por el suelo, se dibujó en ella de repente la preciosa imagen de la Virgen que se guarda hoy en su templo del Tepeyacac.

La devoción a la Virgen de Guadalupe se ha transmitido por todo el continente americano junto a las palabras de María:

Oye y ten entendido hijo mío el más pequeño, que es nada lo que te asusta y aflige; no se turbe tu corazón; no temas esa enfermedad, ni otra alguna enfermedad y angustia. ¿No estoy yo aquí?, ¿No soy tu Madre?”.

Es un nombre que atrae la esperanza con la fuerza de “un río de amor” que no se detiene y que busca el encuentro entre hermanos. Nos recuerda que en momentos de inquietudes y malestares hay un sitio seguro en el regazo de María, que nada pasa inadvertido a los ojos de Dios y que en nuestra pequeñez yace nuestra grandeza.

María se apareció a la campesina Santa Bernardette Soubirous en el año 1858 en una gruta rocosa de Massabielle en Lourdes exhortando a rogar especialmente por los pecadores. Con gran paciencia la joven enfrentó las tribulaciones a causa de defender la verdad.

La advocación a Nuestra Señora de Lourdes ha atraído a muchísimos fieles, especialmente aquellos que padecen alguna enfermedad física o del alma. Se han registrado miles de casos de curaciones entre las cuales muchas han sido reconocidas por la Iglesia como intervenciones milagrosas de Dios.

Lourdes es un nombre que revela la pureza y el valor de la confianza en Dios. Una invitación diaria a la conversión auténtica que nos recuerda que todos estamos llamados a ser purificados para recibir el perdón y dejarnos habitar por Dios siendo testigos de su gracia, ya que la verdadera felicidad viene del cielo.

María se apareció a tres niños pastores Lucía, Jacinta y Francisco en Fátima el 13 de mayo de 1917 prometiendoles el fin de la guerra y un tiempo de paz manifestando establecer en el mundo la devoción a su Inmaculado Corazón triunfante.

La advocación a Nuestra Señora de Fátima es una de las más recientes de nuestro tiempo. En 1942 Pío XII consagró la humanidad entera al Inmaculado Corazón de María y Fátima se ha convertido en uno de los santuarios más concurridos reuniendo a peregrinos del mundo entero.

Fátima es un nombre que contiene un mensaje de paz y muestra la perseverancia de un amor que pone primero a los demás antes que los intereses propios. Consagrar la vida por amor y construir caminos que lleven al encuentro entre los pueblos. Nos recuerda que más allá de las tribulaciones, el triunfo está en el corazón.