Pablo el apóstol de los gentiles, quien fue el mayor misionero de la historia, fue decapitado en Roma. Esto lo sabe casi todo el mundo. Lo que quizás muchos no sepan es dónde se encuentran las reliquias. A veces se puede confundir entre las dos iglesias importantes dedicadas al santo.
Su cabeza rebotó tres veces
El apóstol probablemente murió en el 67 d. C. durante las persecuciones de Nerón. Fue decapitado (pena de muerte "digna" reservada para ciudadanos romanos) al sur de Roma en los campos de ejecución en Aquae Salviae.
La leyenda dice que al caer su cabeza rebotó tres veces antes de detenerse, y en el suelo brotaron espontáneamente tres manantiales de agua: el primero de agua caliente, el segundo de agua tibia y el tercero de agua fría.
En el lugar en el siglo V construyeron una iglesia dedicada a él, San Paolo alle Tre Fontane, pero no es aquí donde se encuentra su reliquia.
Sepulcro Ostiense
Tras el martirio, el cuerpo de san Pablo fue recogido por Santa Lucina, noble matrona romana y discípula de los dos apóstoles, que lo enterró en un lugar de su propiedad, en la Vía Ostiense.
Un lugar muy importante para los antiguos cristianos, donde también se enterraron a otros mártires. Ya existía allí, en el siglo I a.C. una vasta necrópolis, el "Sepulcro Ostiense" con diferentes tipos de tumbas.
Sobre la tumba de San Pablo, Constantino hizo construir la primera basílica, consagrada en 324. Colocó el cuerpo del santo en una caja de cobre debajo del altar mayor.
El templo, inicialmente no muy grande, fue ampliado posteriormente por los emperadores Teodosio, Arcadio y Valentiniano II, convirtiéndose así en una gran basílica de cinco naves.
Milagrosos hallazgos
En el 1823, un terrible incendio destruyó la antigua basílica, que después quedó reconstruida, respetando el aspecto original de la basílica paleocristiana.
Durante los trabajos de reconstrucción de la basílica encontraron una placa de mármol que data del siglo IV o V, compuesta por dos piezas, con la inscripción: PAULO APOSTOLO MART (YRI).
En la placa se pueden ver tres orificios. Se utilizaban para obtener las llamadas "reliquias de contacto". En ellos se introducían pedazos de telas para que tuvieran contacto con la tumba.
En el 2006 los investigadores encontraron un sarcófago de mármol de 2,55 por 1,25 y 0,97 de altura, considerado aquel en el que se depositaron sus restos. Allí construyeron los posteriores altares de confesión.
En aquella ocasión realizaron una gran ventana bajo el Altar Papal, para permitir a los fieles ver la Tumba del Apóstol.
Anuncio de Benedicto XVI en el Año Paulino
En el año 2009, en las vísperas de la clausura del Año Paulino, papa Benedicto XVI, dio una importante noticia al mundo cristiano:
"Nos encontramos reunidos junto a la tumba del Apóstol, cuyo sarcófago, conservado bajo el altar papal, recientemente ha sido objeto de un esmerado análisis científico: en el sarcófago, que nunca había sido abierto en muchos siglos, se realizó una pequeñísima perforación para introducir una sonda especial, mediante la cual se descubrieron rastros de un valioso tejido de lino teñido de púrpura, laminado con oro coronario, y de un tejido de color azul con fibras de lino.
También se constató la presencia de granos de incienso rojo y de sustancias proteínicas y calcáreas. Además, se comprobó que algunos fragmentos óseos muy pequeños, sometidos al examen del carbono 14 por expertos que desconocían su procedencia, pertenecían a una persona que vivió entre los siglos I y II. Eso parece confirmar la tradición unánime y concorde, según la cual se trata de los restos mortales del apóstol san Pablo."
Es en la Basílica de San Pablo Extramuros, la segunda basílica más grande de Roma después de la de San Pietro, dónde hoy podemos venerar los restos del "Apóstol de los gentiles".