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Humanizar los lugares de trabajo, clave del cambio económico

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Silvia Costantini - Lucandrea Massaro - publicado el 21/11/20
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Economy of Francesco toca muchos temas: el más importante es el valor de las personas como fin y no como medioSe celebra la Economy of Francesco, una cita de expertos, estudiantes, economistas, ong y empresarios para volver a pensar la economía en tiempos de pandemia y creciente desigualdad.

Entre los coordinadores de los trabajos hay muchos economistas italianos, expertos en el campo de la “economía civil”, que proponen un punto de vista distinto al clásico.

Entre ellos está la profesora Roberta Sferrazzo, que enseña Management en la Business School AUDENCIA en Nantes (Francia).

– Profesora Sferrazzo, el grupo de debate del que usted se ocupa se llama “Management and Gift“, ¿una paradoja o un desafío?

Como han expresado los jóvenes de EoF, se trata seguramente de un desafío y no de una paradoja. Durante estos meses de preparación del evento, junto con otros jóvenes coordinadores, quisimos escuchar la voz y las expectativas de los participantes, procedentes tanto de la empresa como del ámbito académico.

Percibimos en muchos el deseo de integrar la lógica del don y de la gratuidad en el día a día de las empresas, o dentro de los proyectos de investigación en el ámbito del management.

Nueva visión del management

Entre nuestros jóvenes, el deseo de volver a pensar el management en clave más humana y más relacional es enorme. Buscan nuevos caminos para poder ver el paradigma económico con lentes diversas de las que solemos estar acostumbrados.

La Economy of Francesco representa para nosotros uno de estos nuevos caminos a recorrer, seguramente caminando juntos, nunca solos.

– La economía mainstream puede llevar a una visión restringida de la naturaleza y del ser humano. ¿Cuál es, a su juicio, la visión antropológica necesaria para repensar la gestión de nuestras vidas?

Mis investigaciones en ‘economía civil‘, aplicados en particular al management, me han permitido ver el beneficio ya no como fin último de una empresa, sino como medio para lograr un fin más alto: el bien común.

Creo que este mismo criterio económico-civil deriva de una visión antropológica diferente, que nos impulsa hacia el otro, no para lograr nuestros objetivos; sino para contribuir juntos a la edificación de un mundo mejor, a la edificación del Reino de Dios en la tierra, sea cual sea la actividad laboral que llevemos a cabo.

Repensar el mundo de los negocios

– ¿Cuál es el objetivo de los “negocios”?

El trabajo es una experiencia colectiva, y sin embargo, nunca como hoy, el trabajo es para muchos una experiencia de soledad.

Vuelven a surgir con regularidad problemáticas ligadas al malestar laboral. Se trata de señales que hay que tomar muy en serio. Que llevan a preguntarnos sobre nuestra experiencia laboral y sobre la concepción actual que se tiene de la finalidad de los negocios.

¿Cómo sería una organización capaz de reconocer que sus trabajadores son un don? Con esta pregunta de fondo, nuestros jóvenes están dando ideas y reflexiones importantes, decisivas, para contribuir juntos al nacimiento de una nueva forma de management.

Se trata de llegar a reconocer el trabajo de las personas en toda su belleza y unicidad, también en el ámbito del management.

Una organización capaz de reconocer que sus trabajadores son un don pone al centro lo humano antes que los números. El don, de hecho, es alérgico al cálculo utilitarista.

– ¿Cuáles deberían ser los nuevos criterios para juzgar los modos de hacer de la economía y del mundo de los negocios?

Responsabilidad social

Gracias al trabajo de estos meses con los jóvenes participantes en nuestro grupo, hemos señalado tres caminos concretos para mirar con nuevos ojos la práxis económica.

Por ejemplo, se ha pensado destinar una parte de las ganancias anuales a actividad de responsabilidad social empresarial. Se trata de implicar a los trabajadores en proyectos orientados al bien común que cada empresa decide apoyar.

Otra propuesta es crear laboratorios locales donde poder discutir sobre la lógica del don, intentando ponerlo en práctica y en evidencia en las empresas.

Otras propuestas tienen que ver con repensar la investigación científica en el ámbito del management, de manera que asuma tonos menos técnicos y más relacionales.

Es preciso subrayar que una organización es ante todo una comunidad de personas, y debería ser un lugar de crecimiento y florecimiento humanos, más que un lugar de soledad o de extravío.

Relaciones entre personas

– ¿Cómo repensar las relaciones laborales? ¿Hay espacio para la gratuidad en los negocios? ¿Pueden los negocios ser un lugar vivificante?

Como nos ha recordado el Papa Francisco en la Laudato sì’, somos llamados al trabajo desde nuestra creación. Y no se debe intentar sustituir cada vez más el trabajo humano con el progreso tecnológico, pues así la humanidad se dañaría a sí misma.

El trabajo es una necesidad, forma parte del sentido de la vida en esta tierra, camino de maduración, desarrollo humano y realización personal.

Hace daño no sentirse reconocido por cuanto uno da en el contexto laboral. El trabajo no se mide sólo con los números: hay que mirarlo, “verlo con los propios ojos”, como recuerda el experto Pierre-Yves Gomez en el texto “Le travail invisible“.

Sobre todo hay que saber captar el don que hay dentro del trabajo, es decir, la gratuidad que lo caracteriza. La gratuidad no es indiferencia; es un dejar al otro libre de responder, pero al mismo tiempo, es una llamada a una respuesta libre, a una relación de reciprocidad donde cada uno da y recibe.

Jóvenes talentos

Sobre estas palabras, ‘gratuidad’ y ‘don’, pedimos a nuestros jóvenes que se preguntaran, proporcionaran sus diversas reflexiones, procedentes del mundo empresarial y académico.

– ¿Este grupo exploró y seguirá explorando nuevas aproximaciones a la gestión sostenible que contribuye a la “Economy of Francesco“? ¿Qué ha descubierto al escucharles?

Gracias a una serie de webinar que organizamos y propusimos a los jóvenes del grupo, durante estos meses, exploramos juntos algunos instrumentos innovadores de management. Éstos ya han sido puestos en marcha por algunos manager o empresarios para una gestión sostenible que contribuya a la Economy of Francesco.

Escuchando sus comentarios y experiencias durante los webinar, me vienen a la cabeza dos palabras con referencia a lo que los jóvenes me han hecho descubrir: creatividad y esperanza.

Las propuestas creativas que llegan de los jóvenes han sido muchas, junto a la esperanza y al deseo de contribuir juntos a cambiar las lógicas que guían actualmente el sistema económico y del management.

Creo que la explosión de creatividad y la luz de la esperanza pueden de verdad representar la clave del cambio económico que tanto deseamos.



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