Una frase del primer ministro Castex ofende a los católicos: Las cifras del coronavirus en Francia no muestran eso Cuando el ministro de Interior de Francia Jean Castex anunciaba, el pasado 26 de noviembre, que el máximo de aforo en las misas sería de 30 personas, pronunció una frase que hizo saltar a los católicos.
Durante su rueda de prensa detallando las modalidades de levantamiento del confinamiento, el Primer Ministro, declaró: “Los lugares de culto han sido, en Francia como en otros lugares, lugares de contaminación y la circulación viral aún permanece fuerte en nuestro país”.
Presentada como afirmación, esta sentencia requiere atención ya que se supone que justifica el límite de 30 personas para las misas públicas.
¿En qué estudio(s) se basa el Primer Ministro? ¿Qué números le permiten sugerir tal cosa? Desde el 9 de mayo de 2020, se han reportado 6.250 brotes [nombre utilizado desde el inicio de la epidemia para calificar una fuente de contaminación, nota del editor], según un estudio de Public Health France publicado el 26 de octubre de 2020.
En detalle, los principales brotes se detectaron en empresas públicas o privadas (1.352), residencias de ancianos (1.122), en escuelas y universidades (1.065) y en establecimientos sanitarios (686).
En otras palabras: las seis comunidades de alta criticidad por su capacidad de provocar brotes son: hogares de ancianos (79%), comunidades vulnerables – (viajeros, migrantes en situación precaria, etc. – (56%), establecimientos médicos sociales (EMS) para personas con discapacidad (52%), establecimientos sanitarios (45%), centros penitenciarios (42%) y establecimientos de alojamiento e integración social (38%).
¿Dónde están esos brotes?
Los lugares de culto no aparecen en estos datos. Por supuesto, la reunión de unos 7.000 evangélicos en Mulhouse (Haut-Rhin), el pasado mes de febrero, encendió los ánimos. Pero eso fue hace nueve meses, antes del primer confinamiento.
Más recientemente, algunos medios informaron sobre un grupo durante un retiro en el santuario de Montligeon (Orne) en octubre, pero después se retractaron. También debe tenerse en cuenta, nuevamente según Public Health France, que los casos vinculados a brotes representan solo el 10% de las contaminaciones.
Entonces, ¿en qué se basó Jean Castex cuando habló de los lugares de culto como “lugares de contaminación”? La pregunta aún no ha sido respondida. Pero provocó una reacción bastante unánime: el enfado de los católicos y el sentimiento de desprecio por parte del gobierno; especialmente ante los esfuerzos realizados para respetar, desde el desconfinamiento de mayo de 2020, un estricto protocolo sanitario con el fin de limitar los riesgos de contaminación.
“¿Qué hace que el primer ministro diga eso?”, se preguntaba en Aleteia sobre este tema el obispo de Nanterre, Mons. Matthieu Rougé. “La CEF ha propuesto al gobierno un estricto protocolo de salud. Los interlocutores técnicos ni siquiera respondieron a este protocolo. Te hace preguntarte si lo miraron siquiera. No hicieron ningún comentario”.
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