Consejos para crear un horario espiritual diario y así cultivar una vida de oración con tiempo para estar más cerca de Dios en el día a día.Así como organizamos nuestras tareas y nuestro tiempo de ocio, nuestra dimensión espiritual requiere que le reservemos un espacio en la agenda. Tener un horario espiritual para administrar nuestro tiempo de oración es fundamental para afianzar y fortalecer nuestra relación con Dios.
El gran valor de lograr adoptar un orden espiritual diario es que podemos contar con más herramientas que nos ayudan a crecer como personas y a no ceder tan fácilmente a las pasiones e inclinaciones desordenadas. Es un modo de cuidarnos para tener una conciencia más viva y refinada que impactará en otras áreas de nuestra vida de manera positiva.
Una vida de oración activa nos acerca a Dios y eso significa abrir un canal de gracia divina por el que recibimos inspiración y muchas bondades. Además, tener un plan con horarios nos ayuda no solo a desarrollar buenos hábitos evitando el olvido o las distracciones, sino también a no dejarnos atrapar por la pereza o quedar presos en un ritmo acelerado.
Lo ideal es que siempre podamos incluir a Dios en todo lo que hacemos para que nuestro día esté lleno de amor y buenas obras, pero esos momentos de pausa que son especialmente dedicados se convierten en luces en el camino, inspiraciones y puntos de encuentro que podemos vivir como verdaderos tesoros.
Si el alma respira en un equilibrio saludable entonces nuestras acciones reflejarán que podemos trabajar mejor, ser más eficientes y vivir con más alegría, mantener la calma en situaciones difíciles y abrirnos más fácilmente a las personas que nos rodean para convertirnos en una bendición y regalo para los demás.
Arma tu horario espiritual
No importa si está en una aplicación, si es en línea o está escrito a mano, si lo tienes en un cuaderno especial, en el móvil o colgado en la pared. Lo importante es que esas ideas y deseos se puedan plasmar en un espacio concreto.
Prepáralo y asegúrate de que esté en un sitio accesible. También es bueno que sea lo más personalizado posible y que te motive a enfocarte cada día al verlo. Si eres una persona más visual, puedes utilizar alguna imagen de apoyo que te invite a esa tarea. Puedes decorarlo, incluir alguna frase inspiradora o estructurarlo de modo que lo encuentres atractivo.
Incluir nuevas tareas a una agenda desordenada, suele ser algo muy difícil. Cuando uno quiere buscar una armonía espiritual termina repensando las otras dimensiones de nuestra persona con las que se relaciona muy estrechamente: física, psicológica, intelectual y social.
En la medida en que vamos buscando orden en esas otras áreas, eso nos ayudará a predisponernos mejor en nuestra espiritualidad. Por eso conviene hacer una evaluación de cómo estamos al día de hoy y hacer una limpieza de agenda.
La actividad física, la respiración, la dieta saludable, los vínculos sanos y las buenas amistades tendrán un impacto directo en nuestra vida espiritual.
Elige tus prácticas espirituales
Elige al menos tres prácticas espirituales que desees programar en tu día y comprométete con ellas durante los próximos días. No hace falta que sean muchas, sino más bien algunas, pero que puedas ponerlas en práctica.
A través de la experiencia podemos saber realmente lo que necesitamos personalmente en el momento concreto de nuestra vida que estamos viviendo y qué ejercicios religiosos nos llevan a un contacto vivo con Dios de una manera más rápida y segura.
Esto es lo que muchos queremos. No sentir que hacemos algo simplemente por cumplir como una imposición o seguir un estilo de vida que funcione para otro. Se trata de ser capaces de vivir la propia vida. Encontrar y gustar de ese camino de encuentro personal con Dios que nos hace crecer en la línea de lo propio estando en comunión con Él.
Algunas de estas prácticas pueden formar parte de tu horario espiritual:
- tomar diez minutos de silencio,
- visitar cada día al Santísimo Sacramento,
- tener una lectura diaria del Evangelio,
- hacer una oración matutina al despertar,
- recitar el Ángelus al mediodía,
- hacer un examen de conciencia por la noche antes de acostarte,
- participar de la Santa Misa,
- rezar el Santo Rosario,
- bendecir de la mesa.
Administra el uso de dispositivos
Mucho se habla de la tecnología, pero hoy en día es uno de los mayores distractores sobre todo cuando buscamos espacios de silencio y conectarnos con una mirada hacia las cosas interiores. Si es posible, apaga tu móvil, ordenador o tv cuando dediques esos minutos a las prácticas espirituales. O al menos, desactiva las notificaciones para evitar interrupciones.
Muchas veces es útil apoyarse en los dispositivos para las oraciones, o incluso tener abierta una pestaña en el mismo ordenador donde sigamos la lectura del Evangelio, pero será una buena idea desactivar notificaciones para enfocarnos y no estar viendo ventanas emergentes de titulares de noticias, mensajes de texto o publicaciones en redes sociales todo el tiempo.
Queremos que esos minutos dedicados a Dios sean minutos de descanso, de dejarnos llevar por el espíritu y sentir paz. Para ello tenemos que buscar un clima más tranquilo y sin tanto ruido. Además, al concentrarnos apagando todo a nuestro alrededor nos decimos a nosotros mismos y a lo que nos rodea que ese minuto para Dios es valioso e importante.
Persevera en lo pequeño
Hasta que se convierta en un hábito, hacer pequeñas cruces día tras día requiere una perseverancia casi admirable. El ser constantes es al final la fuerza que nos eleva más allá de la técnica o lo bien o mal que lo hacemos. Al perseverar renovamos nuestro compromiso y nuestro querer estar con Dios; algo que no pasa inadvertidamente ante la mirada del cielo.
Podemos ir repasando con un balance diario o semanal cómo ha sido nuestro programa espiritual del día y hacer los ajustes necesarios. Reforzar algunas prácticas, poner mayor atención en otras que han sido más desafiantes o continuar tal como lo estamos haciendo.
La fidelidad, aplicada a esos rituales o ejercicios espirituales, es en sí misma un acto de amor. Si notas que se está haciendo muy difícil mantenerla, no abandones tu plan como primera opción y antes de eso busca ayuda en otras personas que como tú están haciendo un plan de oración diario o bien, una persona en quien puedas confiar como un asesor o sacerdote para que pueda guiarte.
Te puede interesar:
Oración para ser libre en tiempos de uniformidad