Brasil, uno de los países más católicos de América Latina, tuvo que esperar recién hasta el 11 de mayo de 2007 para tener a su primer santo. En aquella ocasión, fue el papa Benedicto XVI quien lo canonizó. El protagonista en cuestión es Antonio de Santa Ana Galvao, popularmente conocido como “Frei (fray) Galvao”.
Nacido en 1739 en Guaratinguetá (San Pablo), con el correr de los años Antonio decidió abrazar la vida religiosa y vincularse a la tercera orden de San Francisco. Esto, a pesar de que al principio había tenido un acercamiento con los jesuitas.
Murió el 23 de diciembre de 1822 en San Pablo, famosa ciudad que lo supo tener como párroco y confesor.
Además de sus dones y carisma, Galvao se caracterizó por haber estado involucrado en la fundación de una nueva casa de retiros.
Se llamó "Recolhimento" de Nuestra Señora de la Concepción de la Divina Providencia. En este caso, un sitio relacionado a un grupo de religiosas.
Galvao posteriormente redactó un estatuto y el lugar terminó incorporándose a la Orden de la Inmaculada Concepción (ver semblanza publicada en Vatican.va). La fiesta canónica se celebra cada 25 de octubre.
Los 10 años del santuario Frei Galvao
Con el corre de los años en la ciudad de nacimiento del santo se terminó levantando un santuario, que el 8 de diciembre de 2020 cumplió 10 años de su constitución canónica.
El encargado de ofrecer el decreto en aquella oportunidad entonces arzobispo de Aparecida, cardenal Raymundo Damasceno Assis.
Una nota publicada en la web de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) recuerda que la ciudad de Galvao se encuentra dentro del territorio de la Arquidiócesis de Aparecida.
Al mismo tiempo, que con la creación del santuario se terminó separando la iglesia de Frei Galvao de la parroquia Nuestra Señora de Fátima.
En tanto, como dato curioso surge que el lugar donde se construiría la primera iglesia dedicada a Fray Galvao se celebró la primera misa el 12 de octubre de 1983 (Fiesta de Aparecida).
Pero antes que llevara el nombre del primer santo brasileño se denominaba capilla de San José.