¡Llega el día de Navidad! Nos encontramos con los niños dando vueltas por la casa. ¿Se te ocurre algo más bonito que invitarles a colaborar en una mesa de Navidad decorada y puesta con cariño?
Para ello, no hace falta irse de compras y buscar adornos espectaculares, ni tampoco dedicar mucho tiempo en hacerlos. En este artículo, te propongo varias ideas de decoración para poner en práctica junto con los más pequeños. ¿Qué tal si este año son ellos los que se encargan de decorar la mesa de Navidad?
Los detalles de la mesa de Navidad
Siempre he pensado que cuidar los pequeños detalles es algo primordial, elemental, una especie de declaración de amor que es capaz de bañar todo lo que uno hace. Hacerlo significa valorar a los que nos rodean y hacerles sentir especiales y queridos.
Esta Navidad podemos aprovechar el momento de decorar la mesa para transmitir a nuestros hijos que en las cosas pequeñas también se muestra el amor. De esta manera, para los niños será una oportunidad no solo de entregarse a los demás, sino también de apreciar y agradecer cada vez más todo lo que les rodea.
¡Cuánta ilusión deberíamos de poner en colocar y elegir los platos, los servilleteros, los vasos del día de Navidad! Compartir mesa el día de Navidad es una manera de participar en la fiesta de la venida del Mesías.
Si estamos atentos a buscar esa mirada (los ojos de la fe), no nos resultará difícil convertir el trabajo y la dedicación de cocinar y vestir una mesa de Navidad en un momento de oración.
Es en ese instante cuando lo pequeño e intrascendente, hecho por amor, se convierte en grande y trascendente: será entonces una oportunidad para tomar conciencia del significado del nacimiento del Niño Dios, a través del acto aparentemente irrelevante de poner la mesa.
¿Cómo vestir la mesa?
Vayamos a la parte práctica. Es una comida especial y se debe notar. Comienza por pensar en la paleta de colores que conformará tu mesa. También puedes elegir un color predominante.
A continuación, elige mantel y bajoplatos (si no tienes bajo plato, un bonito y barato recurso es una blonda de papel que los niños pueden decorar). Después, colocamos los vasos, copas, platos y cubiertos.
Un elemento importante son las servilletas. Podemos aprovechar la ocasión de montar la mesa con los niños para darles mucho protagonismo. Existen muchísimas maneras de colocar una servilleta para conseguir un resultado bonito y llamativo: podemos colocar algún objeto navideño sobre ella, elaborar sencillos servilleteros que completen la decoración del conjunto, jugar con distintas dobleces y formas. Todos estos pequeños detalles nos ayudarán a pasar un rato agradable con nuestros hijos: ellos trabajarán su paciencia, constancia y gusto por el trabajo bien hecho. ¡Son muchas las virtudes que pueden ser fortalecidas con las cosas pequeñas!
Por último, el centro de mesa. Éste nunca debe ser demasiado alto, para que no resulte incómodo. Aquí se puede desplegar toda la creatividad e imaginación. Puedes fabricarlo con velas, lazos, telas, plantas, piñas, figuras... ¡Ah! Se me olvidaba la parte más divertida, no olvides dejar alguna sorpresa para cada comensal: un dibujo, frase, detalle...
En esta galería de fotos encontrarás 7 ideas para decorar vuestra mesa de Navidad
Vestir la mesa de Navidad: un gesto de amor
Gracias al amor en este cuidado de lo pequeño, no se nos colará el perfeccionismo narcisista o la obsesiva organización.
Vestir la mesa de Navidad puede parecer un gesto sin importancia o incluso un momento de lucimiento personal, pero adquiere una gran autenticidad, fuerza y significado cuando se hace por amor.
Esta es una gran lección para nuestros hijos: en el cuidado de las cosas pequeñas es el amor lo que nos mueve. Así no existen cosas pequeñas, ni detalles triviales: todo es grande y detrás de todo sobreabunda la sutileza de Dios.
“Amemos a Dios y, por Él, también al hombre, para redescubrir después de un modo nuevo a Dios a través de los hombres.” (24 de diciembre de 2006, Benedicto XVI).