Para muchos, en este 2020 tan especial, sentarse a la mesa -y celebrar como siempre el Nacimiento de Jesús- no será un acontecimiento más Vayamos de lo general a lo particular. Por un lado, el hemisferio norte, Europa, y el temor por la nueva cepa del coronavirus detectada en Reino Unido. Por otro lado, América del Sur, con nuevas oleadas de la pandemia y países que en las últimas horas se han posicionado otra vez como noticia por el notorio incremento de casos.
En esa parte del mundo, países como Brasil, Argentina, Paraguay y hasta Uruguay -que incluso por mucho tiempo fue más que elogiado a nivel internacional por el manejo de la pandemia y que recientemente ha entrado en una fase bastante compleja con récords de casos diarios- el coronavirus sigue sin ofrecer tregua.
Pero también está el caso de Bolivia, un país que en los últimos días anunció un rebrote “más agresivo” de coronavirus en una de sus ciudades más pobladas: Santa Cruz de la Sierra. En este país, los contagios ya superaron los 150.000.
El aire es una bendición
“Llenar los pulmones de aire es bendición, igual que despertar cada día. Me siento feliz y realizado. Es una forma diferente de ver las cosas, más cerca de Dios, uno se sensibiliza”.
Hasta aquí la mirada más demoledora de una crisis que golpea a la humanidad. Sin embargo, en medio de tanta complejidad también aparece una observación distinta. En este caso de la mano de El Deber, Bolivia, y el testimonio de varias personas que han sobrevivido al coronavirus, como Fabián Barja y lo que ha significado poder llenar sus pulmones cada día.
Para personas como Fabián, las secuelas de la larga batalla continúan, tanto en lo espiritual como también de alguna manera en lo físico. No obstante, para estas personas la Navidad de 2020 se ha convertido en un verdadero regalo.
“Los que sobrevivimos estamos agradeciendo a Dios a diario. Es una vida muy especial, de repente con algunos arrepentimientos por cosas que pudimos hacer en el pasado. Al ser Dios el que nos permitió regresar necesariamente tenemos que vivir cerca de él”, agrega Fabián y su testimonio en el artículo firmado por Silvana Vincenti.
Fabián, un conocido pediatra de 71 años, estuvo casi dos meses en terapia intensiva, más de un mes intubado. Esta Navidad se sentará con los suyos a la mesa.
Milagro y agradecimiento
Otro de los testimonios es el del coronel José Enrique Terán. También permaneció intubado en un centro hospitalario y bajó mucho de peso. Según el relato que aparece en El Deber, mientras estaba inconsciente soñó con el cielo y además de verse buscando a sus seres queridos se vio pidiéndole a Dios que lo devolviera a la vida.
“Recuerdo que luchaba, no sé si era cuando estaba despertando o intubado, pero en todo momento mi mente luchaba por volver, para que Dios me dé una oportunidad más para volver, cumplir mi rol en este mundo, mi función de papá. Todo eso fue triste, pero me siento victorioso y tengo un compromiso más con Dios, con mi familia, sociedad e institución. Soy un milagro y un hombre agradecido”, indica.
Terán salió adelante. Hoy su familia está llena de gratitud. “Mi esposo tenía más de 90% de los pulmones afectados. No hay prescripción médica frente a la voluntad de Dios”, dice su esposa.
Como muestra de ello, por ejemplo, se indica que la familia fue hasta San José de Chiquitos para donar alimentos, medicamentos y regalos. He aquí la Navidad para ellos.
La vida, siempre la vida
Un tercer testimonio es el María Matilde Égüez. En este caso, el de una mujer humilde que trabajar en el sector de limpieza. Matilde estaba embarazada de su cuarto hijo cuando contrajo el coronavirus. Esto lo llevó a estar dos meses internadas. Incluso, debido a su estado crítico, hasta con propuestas de priorizar su vida por encima de la de su hijo.
Pero Matilde, en medio de la tormenta y hasta con dos paros cardíacos de por medio, se negó. Matilde venció y se transformó en mamá de una niña que hoy tiene dos meses.
“Nuestra Nochebuena será como cualquier día nomás, no hay de dónde sacar plata. Pero estoy muy agradecida con Dios por darme esta nueva oportunidad”, dice.
¿Cómo será tu Navidad?
Hasta aquí breves pinceladas de sobrevivientes del coronavirus. Claro está, los hay muchísimos a lo largo y ancho del continente. Tal vez conozcas a alguien o hayas escuchado alguna historia también conmovedora.
Sin duda, más allá de las particularidades, la Navidad de 2020 para todos ellos no será una más. En definitiva, la Navidad vuelve a la esencia, a aquello de una noche de “paz, tranquila y sin demasiados ruidos exteriores”. Volver al portal de Belén y contemplarlo toda la noche alabando y agradeciendo. Así será para muchos la Navidad de la pandemia.
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