“Todos nacemos porque alguien ha deseado para nosotros la vida”, dijo el papa Francisco un día después de la aprobación de la Ley que legaliza el aborto en su tierra natal Argentina. El papa Francisco explicó hoy que la vida es un dono divino que nos precede. “Hemos sido pensados antes de que aprendiéramos a pensar; hemos sido amados antes de que aprendiéramos a amar; hemos sido deseados antes de que en nuestro corazón surgiera un deseo”.
“Para nosotros cristianos el dar las gracias ha dado nombre al Sacramento más esencial que hay: la Eucaristía. La palabra griega, de hecho, significa precisamente esto: acción de gracias”, afirmó el Papa al presidir la última Audiencia General del Año en la Biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano este miércoles 30 de diciembre de 2020.
Deudas de reconocimiento
“Los cristianos, como todos los creyentes, bendicen a Dios por el don de la vida. Vivir es ante todo haber recibido la vida. Todos nacemos porque alguien ha deseado para nosotros la vida“, agregó el Papa en la catequesis dedicada a la “”oración de acción de gracias“.
“Y esto es solo la primera de una larga serie de deudas que contraemos viviendo. Deudas de reconocimiento. En nuestra existencia, más de una persona nos ha mirado con ojos puros, gratuitamente”, añadió Jorge Mario Bergoglio.
Según Francisco, que dijo su discurso desde la Biblioteca Apostólica debido a las restricciones del gobierno italiano a causa de la pandemia, “a menudo se trata de educadores, catequistas, personas que han desempeñado su rol más allá de la medida pedida por el deber”.
No estamos solos
“Y han hecho surgir en nosotros la gratitud. También la amistad es un don del que estar siempre agradecidos”, expresó esta mañana al cerrar la última Audiencia General del año, y en la víspera del próximo Te Deum de agradecimiento en la Basílica de San Pedro.
El Papa planteó que la vida misma nos precede y no somos patrones de ella. Por eso, es importante: “reconocerse precedidos por la gracia”.
Al final de la audiencia, sostuvo: El demonio busca alejarnos, dejarnos solos y tristes, sin embargo no estamos solos. Con Jesús podemos estar siempre alegres, porque nada puede separarnos de su amor.
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