Las obras de san Josemaría contienen frases que abren nuevas perspectivas porque nos hablan de confianza en Dios, de servicio a los demás, de una nueva visión acerca de nosotros mismos.
Su legado sirve para todo tipo de lectores – católicos y no católicos – y esto indica que, en tiempos de pandemia, muchas de sus citas pueden ayudar a vivir con más esperanza.
Esta es una pequeña selección de textos de este santo de la vida cotidiana, san Josemaría, el fundador del Opus Dei, que nos llama a vivir – en palabras de este santo – con la cabeza en el cielo y los pies en la tierra.
Así pues, aquí tienes diez frases de san Josemaría para recuperar la alegría:
1. Cuando se está a oscuras, cegada e inquieta el alma, hemos de acudir, como Bartimeo, a la Luz. Repite, grita, insiste con más fuerza, Domine, ut videam! – ¡Señor, que vea!... Y se hará el día para tus ojos, y podrás gozar con la luminaria que El te concederá. (Surco, 862)
2. Tarea del cristiano: ahogar el mal en abundancia de bien. No se trata de campañas negativas, ni de ser antinada. Al contrario: vivir de afirmación, llenos de optimismo, con juventud, alegría y paz; ver con comprensión a todos: a los que siguen a Cristo y a los que le abandonan o no le conocen.
– Pero comprensión no significa abstencionismo, ni indiferencia, sino actividad. (Surco, 864)
3. Paradoja: desde que me decidí a seguir el consejo del Salmo: "arroja sobre el Señor tus preocupaciones, y El te sostendrá", cada día tengo menos preocupaciones en la cabeza... Y a la vez, con el trabajo oportuno, se resuelve todo, ¡con más claridad! (Surco, 873)
4. Santa María es – así la invoca la Iglesia – la Reina de la paz. Por eso, cuando se alborota tu alma, el ambiente familiar o el profesional, la convivencia en la sociedad o entre los pueblos, no ceses de aclamarla con ese título: «Regina pacis, ora pro nobis!» – Reina de la paz, ¡ruega por nosotros! ¿Has probado, al menos, cuando pierdes la tranquilidad?... – Te sorprenderás de su inmediata eficacia. (Surco, 874)
5. La verdadera virtud no es triste y antipática, sino amablemente alegre. (Camino, 657)
6. La alegría que debes tener no es esa que podríamos llamar fisiológica, de animal sano, sino otra sobrenatural, que procede de abandonar todo y abandonarte en los brazos amorosos de nuestro Padre-Dios. (Camino, 659)
7. Caras largas..., modales bruscos..., facha ridícula..., aire antipático: ¿Así esperas animar a los demás a seguir a Cristo?(Camino, 661)
8. Quiero que estés siempre contento, porque la alegría es parte integrante de tu camino. –Pide esa misma alegría sobrenatural para todos. (Camino, 665)
9. ¡Qué bueno es José! – Me trata como un padre a su hijo. – ¡Hasta me perdona, si cojo en mis brazos al Niño y me quedo, horas y horas, diciéndole cosas dulces y encendidas!...
Y le beso – bésale tú –, y le bailo, y le canto, y le llamo Rey, Amor, mi Dios, mi Único, mi Todo!... (Santo Rosario, Tercer misterio gozoso, Nacimiento de Jesús)
10. No valgo nada, no puedo nada, no tengo nada, no soy nada...
Pero Tú has subido a la Cruz para que pueda apropiarme de tus méritos infinitos. Y allí recojo también – son míos, porque soy su hijo – los merecimientos de la Madre de Dios, y los de San José. Y me adueño de las virtudes de los santos y de tantas almas entregadas...
Luego, echo una miradica a la vida mía, y digo: ¡ay, Dios mío, esto es una noche llena de oscuridad! Sólo de vez en cuando brillan unos puntos luminosos, por tu gran misericordia y por mi poca correspondencia... Todo esto te ofrezco, Señor; no tengo otra cosa. (Via Crucis, XIII estación, Desclavan a Jesús de la Cruz y lo entregan a su Madre)