No necesitas la comprensión y la aceptación de todos, pero sí saber que para Dios eres la persona más bella sobre la tierraHoy Jesús es bautizado y recibe la confirmación de su camino con el Espíritu Santo:
“Por entonces llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el Jordán. Apenas salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar bacía Él como una paloma”.
Jesús necesita entrar en el Jordán para comenzar su camino. Necesita esas aguas que a partir de ese momento quedarán santificadas y serán su mar.
Necesita que un hombre frágil como Juan suplique para Él la conversión echándole agua sobre la cabeza. Un hombre pecador sanando a un hombre sin pecado.
Jesús necesita esperar paciente su turno y dejar que el cielo derrame sus gracias.
Palabras que cambian la historia
Y entonces ocurre ese milagro que pocos escuchan, pocos ven, pocos entienden. Una voz truena desde el cielo. Una frase que cambia la historia de los hombres para siempre:
“Se oyó una voz del cielo: – Tú eres mi Hijo amado, mi preferido”.
Jesús es el Hijo de Dios. Es el más amado, el elegido, el predilecto. ¿No necesito yo también escuchar estas palabras en el interior de mi alma una y otra vez? ¿No necesito que alguien me diga estas palabras con voz firme para romper todos mis miedos?
“No tengas miedo, vales más de lo que piensas. Hay una belleza inmensa escondida en tu alma. Tienes un don sagrado que Dios lo hará fecundo. Tu vida es profundamente amada por Dios en su verdad. No pretendas que todos te amen y acepten. Dios te ama, yo te amo. No le tengas miedo a tu debilidad, ni a tu pecado. No te afean, sólo manifiestan tu humanidad, tu debilidad, tu pobreza. Pero para mí, para Dios, eres la persona más bella que existe sobre la tierra”.
Son palabras que me salvan, que me sanan por dentro de todos mis miedos y debilidades. Es esa la certeza que necesito para empezar a caminar, para emprender un nuevo camino en mi vida.
Cuando Jesús lo entendió todo
Jesús llega al Jordán ese día buscando su camino y lo encuentra. Necesita saber lo que su Padre Dios desea de Él y ese día lo sabe. Son muchos años esperando una señal en Nazaret, aguardando día a día. Pero ahora ya puede comenzar su misión.
Hoy en ese río del Jordán tiene lugar ese encuentro en intimidad con su Padre. Es el Hijo amado, el predilecto. Y entonces el Espíritu Santo desciende sobre Él y lo habita en plenitud.
Y desde entonces lo comprende todo. Entiende que ha sido elegido, amado, querido por su Padre.
¿Cómo dudar cuando todo parece tan claro? Dios lo ama por encima de todos sus miedos y dudas. Dios es el que lo envía al mundo a llevar su amor a los hombres.
Un amor incondicional basta
Es la misma certeza que necesito yo para empezar la entrega de mi vida.
No me hace falta saber bien lo que tengo que hacer, ni tampoco recibir el amor de todos. No necesito que todos me comprendan y acepten como soy. No pretendo que siempre le guste a la mayoría lo que hago, lo que les digo, cómo lo hago.
Basta una certeza más honda en mi corazón. Un amor incondicional que me levante. Dios me ama haga lo que haga, fracase o tenga éxito, haga lo que está bien o cometa errores por mi debilidad y torpeza.
Ese amor incondicional es el que me capacita para la misión. El único que me da fuerzas cada mañana.
Te puede interesar:
La Verdad tras la apariencia: Cuando Jesús se mostró en las aguas