Perros, gatos, zorros, aves entre otros animales escondidos en su mampostería Los encargados de la manutención de la famosa cúpula de la catedral de Florencia, obra destacada del arquitecto Filippo Brunelleschi, se llevaron una gran sorpresa: en los ladrillos que la componen encontraron un verdadero zoológico secreto que data de varios siglos atrás.
De hecho en la cúpula de mampostería más grande del mundo, se pueden encontrar tantas huellas distintas de animales: perro, gato, marta, zorro. Y también de varias aves como: palomas, búhos, halcones, aves de rapiña de la antigüedad.
Como explica el arquitecto Samuele Caciagli, responsable del mantenimiento, este descubrimiento ha servido para explicar el método de producción de los ladrillos en esa época.
Estos se dejaban secar al sol a la intemperie antes de la cocción, y parece que varios animales curiosos se divertían a dejar sus huellas marcadas en los ladrillos.
Pero no sólo se encontraron huellas de animales
Las huellas no fueron las únicas sorpresas, ya que se encontraron también las marcas de pequeñas cruces, corazones quizás de alguna parejita enamorada y otras marcas que su significado hasta ahora no se ha podido descifrar.
También se han encontrado en algunos ladrillos la firma de los hornos antiguos y las huellas dactilares de los obreros que trabajaron la terracota.
Quizás los obreros que trabajaron siglos atrás, quisieron dejar su “firma” como lo hicieron más recientemente hace 65 años en un modo muy curioso.
Los trabajadores que tenían como encargo sustituir algunas de las tejas de la cúpula, firmaron la obra dejando una moneda de 5 liras del año 1956 escondida en la mampostería.
Las huellas del “cupolone di Firenze”, como se las ha llamado es una sorpresa de gran importancia histórica: porque algunas permiten fechar las intervenciones de restauración más antiguas y otras en cambio describen el paso de cientos de vidas (animales y humanos) que se entrelazaron en la construcción de esta admirable obra.
Gracias al servicio de ToscanaTV y la intervención del arquitecto Caciagli, podemos ver este fantástico descubrimiento:
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