El 21 de enero celebramos Santa Inés con esta deliciosa receta compartida por las hermanas clarisas de Santa Inés en Sevilla, España.El Convento de Santa Inés de Sevilla fue fundado en 1374 por Doña María Coronel, una aristócrata que profesó por las hermanas clarisas y donó a su congregación el palacio legado familiar de su padre, el señor de Aguilar. En la actualidad, la comunidad de Santa Inés está integrada por doce monjas de coro, tres de ellas españolas y nueve mexicanas.
Ellas acostumbraban a recibir en su torno muchos clientes extranjeros, ya que se ha vuelto un gran atractivo local para los turistas, pero la pandemia los ha vuelto más silenciosos, porque ya no llegan casi clientes. Es por ello que las hermanas se han tenido que reinventar y para vender sus productos comenzó el reparto a domicilio sus exquisiteces, como los bollitos de Santa Inés, las sultanas, pastas, tortas de aceite, y polvorón.
Es importante destacar que además ellas cuentan con una carta de alérgenos la que proporciona información importante a aquellas personas que presentan algún tipo de intolerancias alimenticias.
Recuerda que, si quieres disfrutar de alguna de sus delicias o hacer un lindo regalo, puedes acercarte al torno más cercano, o visitando la página web de la asociación Contemplare para hacer tu pedido, que además estarás ayudando a las monjas.
Bollitos de Santa Inés
Ingredientes:
- 150 gramos de aceite de oliva
- ½ kilo de harina
- 1 cucharada de café de levadura
- 50 gramos de ajonjolí
- Agua
- Sal
Preparación:
- En un bol mezclar la harina con la levadura, un poco de agua y una pizca de sal.
- Amasar bien hasta lograr una masa consistente.
- Cortar en trozos y dar forma de S.
- Poner encima de una placa de horno espolvoreada previamente con harina y decorar con el ajonjolí.
- Meter en el horno previamente calentado a 180 °C y retirar cuando estén hechos.
Receta del libro: Dulces y postres de las monjas. De la Beata Isabel de la Trinidad, Editorial: Styria. Ed. 2008, pág. 166.
Valor nutricional:
En esta receta hay dos ingredientes de valor nutricional, uno es el aceite de oliva extra virgen, que contiene ácidos grasos monoinsaturados, y poliinsaturados como el linolénico o el linoleico, que son esenciales.
La ciencia ha demostrado que nos brinda varios beneficios para la salud, entre ellos para la salud cardiovascular. La Fundación Española del Corazón destaca que es recomendable su consumo porque gracias a sus ácidos grasos monoinsaturados (principalmente el ácido oleico) ayuda a:
- Elevar los niveles de colesterol HDL (colesterol bueno), a su vez disminuye el colesterol LDL (colesterol malo), controlar la presión arterial, reduce la aparición de trombosis y previene la aparición de diabetes.
- Además, tiene un alto contenido en vitamina E, por lo que es un buen antioxidante, y vitamina K que ayuda a regular la coagulación de la sangre.
- Es recomendable incluir diariamente 1 cucharada sopera en crudo en nuestras comidas principales.
- Por el otro lado tenemos el ajonjolí o también conocido como sésamo, se destaca por su alto contenido proteico, aunque no posee aminoácidos esenciales, si se lo combina con otro cereal se convierte en una proteína de alto valor biológico.
- Es rico en ácidos grasos esenciales omega 3 y omega 6, que favorecen la salud cardiovascular, son fuente de fibra, lo que ayuda a mejorar el tránsito intestinal y a su vez reducir los valores de colesterol LDL.
- Además, contiene una gran variedad de vitaminas y minerales del que se destaca principalmente el calcio.
Santa Inés, patrona de los jóvenes
Santa Inés fue mártir a los 12 años. Nacida en Roma en el año 291, pertenecía a una de las familias más importantes de la época.
Era una joven a la que no le importaba su nobleza, sino que quería vivir enteramente para Jesús, sirviendo a los pobres.
Se cuenta que Inés extraía su fuerza y su coraje de la Eucaristía, en ese tiempo los cristianos lo celebraban al ponerse el sol reuniéndose secretamente en alguna casa, las llamadas “domus ecclesiae”, para la fracción del pan.
Era una joven muy bella por lo que no le faltaban pretendientes para casarse, pero ella había hecho voto de castidad, ofreciéndose de “esposa” a su amado Jesús.
Pero el hijo del prefecto de la ciudad de Roma, pidió su mano, la cual ella rechazó, esto lo enojó tanto que fue encerrada en un prostíbulo, pero ningún cliente se atrevió a tocarla.
Luego fue condenada a morir desnuda en la hoguera, pero las llamas no la tocaron y su pelo creció tanto que cubrió todo su cuerpo.
Después de este milagro murió apuñalada en la garganta.
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Oración a Santa Inés
Y si tenemos en la familia algún adolescente, podemos rezar por él pidiendo la intersección de su patrona santa Inés con su bella oración en su día:
Dios Padre amoroso que eliges a los más débiles ante el mundo
para confundir así a los fuertes, concédeme la gracia de ser
como Santa Inés, fiel al amor de tu hijo Jesús que murió por nosotros
en la Cruz, fiel en lo mucho y en lo poco, fiel en la alegría y en la
tristeza, fiel en el estudio y en la diversión.
Que nunca me aparte de ti y, que, por la intersección de Santa Inés,
bajo el amparo protector de la Virgen María me mantengas siempre
alejado de las ocasiones de pecado.
Amén