separateurCreated with Sketch.

¿Por qué y para qué transmitir la herencia en vida?

whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Orfa Astorga - publicado el 26/01/21
whatsappfacebooktwitter-xemailnative

Diálogos de consultorio. Conversamos con un hombre con dinero que se cuestiona su relación con sus hijos antes de hacer testamento.En consulta, un hombre mayor de clara inteligencia y cierta fortuna, cuyo propósito era hacer su testamento, se manifestaba deprimido ante el hecho de no sentirse querido.

—De mis hijos solo había esperado agradecimiento y respeto, más ahora, que veo acercarse el termino de mi vida, reconozco que algo anda mal —comentaba dolido.

—Usted aun puede encontrar una solución a su pena, y, sobre todo, un nuevo y más importante sentido a los años que Dios aun le conceda. ¿Le parece que hablemos con toda claridad de ambas cosas? —le propuse.

—Estoy abierto a escuchar —contestó con cierto aire de autosuficiencia.

—Cuénteme algo de su relación con su padre.

—A mi padre lo recuerdo distante, y aun cuando nos dio a una vida austera, teniendo recursos, solo esperó que fuéramos agradecidos al recibir nuestra herencia. Cuando hacía favores, era más para sentirse bien consigo mismo que por un verdadero deseo de ayudar. Como si necesitase demostrar que era una buena persona.. Lo sé por los comentarios que hacía.

—¿Y qué piensa acerca de sus propios hijos?

—Que son unas buenas personas, honestos y trabajadores, aunque no muy exitosos en lo económico.

El testamento

—Siendo así, ¿cómo consideraría la posibilidad de transmitirles toda la herencia en vida? —le pregunté sorprendiéndolo—. Es decir, repartir sus bienes sin hacer el testamento, usted reconoce que son buenas personas por lo que sabrían aprovecharlos cada uno según el caso.

—Eso es algo que no me parece, pues de mi padre aprendí que las posiciones de fortalezas una vez conquistadas no se abandonan. Y, de todas maneras, los ayudo cuando me lo piden.

—¿Fortaleza?

—Así es, el tener el dinero que ellos no tienen, hace que me sienta necesario y sirve para mantenerlos cerca de mí. Algo natural en todo padre ¿no lo cree?

—A propósito del concepto de fortaleza, ¿por qué no mostrarse ante sus hijos necesitado de cariño y que ellos noten que ha empezado a sentir achaques y perder vigor?

—Para mí eso sería difícil, pues siempre me ha funcionado ser como soy, y tal cosa, me haría sentir inseguro. ¿Qué piensa usted de eso? Puede decírmelo con confianza.

—Le diré lo que pienso, y, por supuesto, que no es concluyente en su caso. Al parecer usted aprendió de su padre a dar, mas no a darse, sin dudar el que él los haya querido a su manera. Dar cosas materiales, es distinto de darse personalmente en su tiempo, su capacidad de comprensión, su alegría, abnegación y sacrifico, su amor personal y mucho más. Y para aprender a darse necesita romper con patrones heredados para manifestarles su amor a sus hijos de una forma distinta.

¿Comprar el cariño de los hijos?

—¿Manifestarlo? ¿Como?

Comience por acercarse a ellos con la disposición de comprender no solo sus sentimientos e ilusiones, sino también sus necesidades, de lo que pueda deducir que les servirá más su herencia en el presente cuando algunos tienen hipotecas pendientes, pasan por alguna enfermedad en la familia, luchan por dar una mejor educación a sus hijos, por ejemplo.

—Todo eso lo pueden resolver por sí mismos, tal y como yo hice.  Ya le he dicho que siempre estoy dispuesto a ayudarlos cuando me lo piden. Además, si los heredo en vida… ¿no estaría en cierta forma tratando de comprar su cariño? —intervino tajante, como si gánese una partida.

—No tiene por qué ser así, cuando el verdadero amor consiste en darse dando y dar dándose —le contesté con convicción.— Por ello, viene al caso considerar la idea de encontrar y añadir un nuevo sentido de su vida, en los años que Dios aun le conceda, y, para ello, necesita perder el miedo a su vulnerabilidad, adquiriendo otra fortaleza al ayudar sus hijos y nietos, en el bien vivir y en el bien ser. De esta forma, usted no estaría intentando comprar su amor, lo que realmente estaría haciendo es otorgar algo invisible, como lo es el don de sí mismo, a través de algo visible, como son los bienes. Significa que su decisión no estaría viciada en sí misma, porque implicaría la entrega de algo íntimo con la plena libertad del amor, sin esperar nada a cambio.
Y quien al darse siembra amor cosecha amor.

—No puedo negar que me ha hecho pensar, sin embargo, he de meditar para decidir si doy o no el paso sobre esas ideas surgidas de nuestra charla —dijo amable y dubitativamente mi consultante, antes de despedirse.

La lección de este testimonio de vida, es que, si no nos reconciliamos con nuestra historia personal, no podremos movernos con un nuevo sentido de nuestra vida por la vía del verdadero amor, porque siempre seremos prisioneros de falsas expectativas y sus consiguientes decepciones. 

Por Orfa Astorga de Lira
Consúltanos escribiendo a: consultorio@aleteia.org

 



Te puede interesar:
¿Cómo hago para que mis hijos no peleen por la herencia?

¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.

Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.

banner image
Top 10
See More
Newsletter
¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.