Durante esta pandemia, el actor Giorgio Cantarini, el que de niño protagonizó “La vida es bella”, deja los focos para atender una de las necesidades de esta emergencia sanitaria: trabaja ahora como rastreador de enfermos de Covid-19
Para casi todos nosotros sigue siendo el niño de La vida es bella, el hijo de Roberto Benigni. Pero en la vida real se llama Giorgio Cantarini y ya es un chico de 29 años. Giorgio sigue siendo actor pero en este particular momento histórico ha decidido responder a una llamada de Protección civil para atender a la emergencia sanitaria causada por el Covid-19. Así, durante esta pandemia, Giorgio ha dejado los focos para trabajar como rastreador para el centro de llamadas de emergencia de Covid en Italia.
Cuando los teatros y los cines permanecen cerrados
El mundo del espectáculo atraviesa un momento difícil, es uno de los sectores afectados por la pandemia. Los teatros y los cines están cerrados. Hemos escuchado las apelaciones de muchos personajes famosos, comprometidos en recordar que los eventos culturales no son una forma de entretenimiento solamente sino que responden a una necesidad profunda del ser humano.
La pérdida de estas ocasiones comunes – que se daban por sentado – es una de las muchas heridas infligidas por la pandemia. Y lo que se está perdiendo no es solo entretenimiento.
Actor: “aquel que actúa”
Pero más allá de las apelaciones y las quejas del sector del espectáculo, el joven Giorgio Cantarini nos sugiere una alternativa. ¿Qué significa actor? Nos vendría a la mente decir que “un personaje famoso que hace películas”. Etimológicamente, en cambio, significa “aquel que actúa”. Y, de hecho hay muchos casos virtuosos, de gente del espectáculo que ha encontrado nuevos caminos de comunicación para ser parte de la comunidad humana dentro de la pandemia. Si actuar define al actor, entonces además del set y los escenarios hay muchos otros espacios en que se puede ser protagonista.
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Tras bambalinas pero presente
En nuestra memoria él sigue siendo Giosuè, el hijo en La vida es bella de Benigni. También fue el hijo de Russell Crowe en El Gladiador, quien a los 5 años ya tenía un amplio curriculum.
A veces la fama a temprana edad es un peso, pero en su caso ha sido distinto pues siempre tuvo los pies sobre la tierra de Montefiascone (Viterbo) donde nació y a donde ha vuelto durante la pandemia. Estaba estudiando en Nueva York para perfeccionar su carrera de actor, pero la interrumpió y volvió a casa.
Para los artistas es un momento difícil, hay que adaptarse. Y si se puede dar una mano en la lucha contra el Covid-19, todavía mejor.”
(por Il Messaggero)
Con estas palabras Giorgio explicó a los periodistas Federica Lupino y Giorgio Renzetti de Il Messaggero su decisión de responder a la petición de Protección civil en Italia. Se necesitaba incrementar el número de rastreadores de contactos de positivos en coronavirus y él quiso ser uno de ellos. Junto a él, su hermano Lorenzo, guitarrista de Dear Jack)
La voz del actor
Ser rastreador, en comparación con el cine, es un oficio en la sombra pero Giorgio Cantarini cuenta con uno de sus talentos de actor: la voz. Ahora la voz es un instrumento para entrar en relación con desconocidos a través de las palabras. Giorgio atiende cada día a personas de las que recoge sus historias. Los call center son lugares paradójicos donde en medio de un caos de voces puede uno atender a una persona que sufre.
Es un trabajo momentáneo. Pero en este periodo todos debemos remangarnos para ganar algo y es lo que he hecho también yo. Además – explica Giorgio – de esta manera siento que puedo hacer algo útil por los demás. Sí, estoy contento: intentaré echar una mano y hacer lo mejor que pueda. ” (Ibid)
Momentáneo sí, pasajero quizá no. Esas pequeñas experiencias nos cambian para siempre y descubrimos que para ser protagonista no es necesario tomarse una selfie o ponerse en el centro de la escena. Es la confirmación de que estar y ponerse a disposición fuera de uno mismo es descubrir lo mejor (lo que está escondido) de nosotros mismos.