Solamente madera de tala legal procedente de Honduras podría entrar al espacio comunitarioUn reciente acuerdo realizado por Honduras y la Unión Europea (UE) podría ser la punta de lanza para proteger bosques, selvas y comunidades que viven en ellas –y a menudo de ellas– en países hasta ahora sobreexplotados y aquejados de tala inmoderada y depredación de su patrimonio maderable.
Si el Parlamento Europea lo ratifica, el acuerdo establecerá que solamente madera de tala legal procedente de Honduras podría entrar al espacio comunitario. Con ello, el país centroamericano sería el primero en la región en establecer pasos en la dirección correcta que pide, por ejemplo, la encíclica Laudato Si’ del papa Francisco.
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Lejos de ser un atentado contra las zonas boscosas, la tala legal es una de las formas de conservación de las mismas y, también, ofrece oportunidades de arraigo y supervivencia a las comunidades que habitan esas zonas, a menudo completamente alejadas de los centros de producción y de comercio. Además de que alecciona a sus habitantes en el manejo sustentable de los bosques y las selvas.
Mediante el uso moderado de un recurso renovable, también se frena la deforestación y la contaminación y se alarga la vida de las zonas boscosas.
Acuerdo de integración voluntaria
El Gobierno de Honduras lo ha comprendido y ha llevado a la sede del Parlamento Europeo un acuerdo voluntario de asociación con la UE que le permitiría ser el primer país latinoamericano en tener una alianza política y técnica de esa naturaleza.
Es cierto que Honduras solamente exporta diez por ciento de sus productos maderables a la UE, pero con un acuerdo así, podría empezar a proteger sus bosques.
Por su parte, hay interés en la UE de que Honduras “jale” a otros países de la región a integrarse al grupo de países que han asumido el Plan de Acción de Aplicación de la Ley Forestal, Gobernanza y Comercio (Forest Law Enforcement and Trade, FLEGT).
La importancia de este instrumento –elaborado por Europa—es que no se trata de un acuerdo solamente entre gobiernos, sino de un acuerdo tripartita en el que participan los propios gobiernos pero, también, las empresas madereras y las comunidades que habitan los bosques (a menudo no consideradas en una explotación o en el comercio).
Frenar las migraciones
Otro aspecto muy importante de este acuerdo entre Honduras y la UE tiene que ver con el freno a la migración hacia Estados Unidos. Las recientes caravanas de migrantes, compuestas de cientos de familias, hacen que un instrumento de esta naturaleza sea urgente.
Según declaró Josep Borrell, encargado de la Política Exterior Europea, dijo a DW en rueda de prensa: “No podemos impedir que los hondureños se marchen, pero sí podemos cooperar, en la medida de nuestras capacidades, a reducir las causas que los empujan a hacerlo”.
La falta de oportunidades de trabajo, la pobreza extrema y la violencia hacen que cada año miles de hondureños vean la migración como la única salida.
La tala legal se encuentra en la Agenda 2030 de la Organización de Naciones Unidas (ONU), dentro de los Objetivos de Desarrollo Sustentable. A pesar de esto, no existe una definición oficial sobre ella. Desde la UE afirman que la legalidad la van a definir el Gobierno, las empresas y las comunidades indígenas, según informa el portal C16.
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Un espejo de América Latina
Como reflejo de lo que sucede en muchos otros países de la región, en Honduras –donde la mitad de su territorio de 112.492 kilómetros cuadrados están cubiertos de bosques con gran cantidad de especies vegetales aún pendientes de ser nombradas—está perdiendo superficie verde de forma acelerada.
Se calcula que de 2015 a la fecha, en el país se ha perdido 12.5 por ciento del total de sus bosques. “El acuerdo que estamos a punto de concluir es una manera de tratar de influir en el desarrollo de ese país. Lo que queremos es ser socios en la línea de desarrollo futuro, económico e institucional”, apuntó Borrel.
Mientras tanto Heidi Hautala, vicepresidenta del Parlamento Hondureño, de la bancada de Los Verdes, señaló que el Acuerdo será “un instrumento de presión para que, a la vez que gestiona mejor sus bosques, tome en serio la situación de los indígenas y los defensores del medio ambiente”.
Después de la firma, el Estado hondureño, los ciudadanos, empresarios y grupos indígenas tendrán que definir lo que constituye tala legal en el país. Cuando se llegue a un consenso y sea presentado a la UE se deberá desarrollar una hoja de ruta para crear el marco legal. Solo entonces podrá tener el distintivo del FLEGT y comenzar el programa.