Mirar a Dios por encima de los poderosos del mundo, pues solo Él vela, cuida y protege a sus hijosRezar con los salmos es una guía semanal que te ofrecemos para meditar sobre la Palabra de Dios. Hoy te presentamos el Salmo 29.
Este texto bíblico de enorme belleza poética se centra exclusivamente en una cosa: alabar a Dios una y otra vez con cantos de aclamación.
El salmista repite varias veces el nombre de Dios e invita a mirar solo al Dios de Israel por encima de los poderosos del mundo; pues solo Él vela, cuida y protege a sus hijos en medio de tormentas y lluvias torrenciales.
Ese poder del Señor se manifiesta cuando Su voz se posa sobre las aguas, cuando arrasa selvas, cuando hace oír su trueno, cuando se sienta en su trono como Rey eterno.
Hay una referencia constante a la naturaleza y a cómo el Señor actúa con su mano Creadora, poderosa y absoluta sobre todo lo creado y animado.
Como cristianos
El cristiano, en su alabanza, no solo rinde honor, sino que se implica en una relación personal con el Padre, lo siente cercano como ser creado que es, como parte de la naturaleza pero también corresponsable del cuidado de esa Casa que Dios le ha dejado a cargo.
La visión cristiana permite esta cercanía con el Creador. Ya no es un ser lejano y autoritario, es el Padre amoroso y protector que guía la vida de sus hijos. Esa alabanza, por lo tanto, adquiere una tonalidad además de jubilosa, afectuosa y filial.
Salmo 29(28),1a.2.3ac-4.3b.9b-10
¡Aclamen al Señor, hijos de Dios,
¡Aclamen la gloria del nombre del Señor,
adórenlo al manifestarse su santidad!
¡La voz del Señor sobre las aguas!El Señor está sobre las aguas torrenciales.
¡La voz del Señor es potente,
la voz del Señor es majestuosa!
El Dios de la gloria hace oír su truenoEl Señor arrasa las selvas
El Señor tiene su trono
sobre las aguas celestiales,
el Señor se sienta en su trono de Rey eterno.
Texto bíblico: Libreria Editrice Vaticana
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