Frente a los escudos de la policía, la hermana Ann Nu Thawang eligió las lágrimas de compasión. Mientras la represión se intensifica en Birmania ante las manifestaciones que se han multiplicado en el país desde el golpe militar del 1 de febrero, una monja birmana se interpuso deliberadamente entre la policía y los manifestantes.
Con lágrimas en los ojos, se arrodilló frente a la policía y les pidió que no cargaran ni dispararan contra los manifestantes. En su comentario que acompaña a las fotos de la hermana Ann Nu en Twitter, el cardenal Charles Bo, arzobispo de Yangon (Birmania), dijo que su acción permitió que escaparan unos 100 manifestantes.
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