Departamento de San Cruz de la Sierra, provincia de Velasco. Ahí se encuentra el municipio de San Miguel. Se trata de un bonito sitio de Bolivia rodeado de serranías, valles, colinas, pero también con algunas particularidades como el auge de la industria de muebles.
Efectivamente, San Miguel de Velasco es un ejemplo latente de ciudad con olor a carpintería, el oficio que suele vincularse a San José, el padre adoptivo de Jesús. “¿No es este (Jesús) el hijo del carpintero? (Mt 13-55). En Nazaret era conocido por este oficio.
Lo de San Miguel de Velasco se entiende también por la huella que han dejado los jesuitas. En particular, las misiones de Chiquitos, que desde 1990 son reconocidas como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Es por todo esto que la madera, el oficio y los tallados de obras religiosas hacen las veces de legado de San Miguel y al mismo tiempo una catapulta como atractivo turístico. Una crónica de Los Tiempos publicada hace unos años recordaba ya cómo era todo esto y cómo muchos integrantes de esa población se dedicaban al trabajo en madera con figuras de la Virgen María, el propio San José, los apóstoles y santos.
"La mayoría de nuestros tallados son encargos de toda Bolivia, pero ya estamos recibiendo pedidos desde Alemania", decía en aquel entonces, con citas de la agencia Efe, un hombre de nombre Pedro que en ese momento estaba vinculado a un famoso centro artesanal conocido como San Pablo.
En ese entonces también se decía que estaba terminando una obra con destino a la iglesia de la ciudad de Cochabamba.
El mismo Pedro, además de colaboradores, se encargaban de destacar la utilización de puro cedro en sus trabajos y hasta una obra que se estaba realizand. En ese caso una imagen de San José de 170 centímetros que llevó varios meses tener.
"Esta pieza formará parte de una imagen junto a la Virgen María, dándose la mano. Vale unos 1.200 dólares", explicaba en ese momento, hace poco más de 10 años.
Ya en aquel entonces también se hacía referencia a la huella de identidad de San Miguel con respecto al oficio de la madera, siendo un verdadero semillero de técnicos superiores de madera.
“La población local es rica en tradiciones y leyendas populares preservando aún su cultura con poca influencia externa. Posee también la tradición del tallado en madera y sus talleres son los más reconocidos de la región”, destaca un portal del gobierno de Santa Cruz
Todos aspectos que le ofrecen de diferencial y orgullo no solo por lo turístico, sino también en este año tan especial dedicado a San José, fiel representante de uno de los oficios más antiguos del mundo.