“Llevo a Haití en mi corazón”. Así lo dijo el papa Francisco en los primeros días de marzo durante la presentación de cartas credenciales de Jean Jude Piquant, el nuevo embajador de ese país ante la Sede Sede. Y lo ratificó durante el Domingo de Pascua. Haití fue el único país de América Latina que fue mencionado en su mensaje al hacer referencia a los países más pobres golpeados por la violencia.
Es que desde hace varios años Haití suele ser presentado como ejemplo de país sufriente, pobre y ávido de misericordia a nivel internacional. Los efectos del famoso y devastador terremoto de 2010, más carencias a nivel general en todos los niveles, ha hecho que muchos tuvieran que abandonar su lugar de nacimiento para encontrar un lugar mejor para vivir.
La historia por demás conocida. Desde movimientos migratorios, contacto con organizaciones que muchas veces se aprovechan de la vulnerabilidad, el paso a través de fronteras de manera irregular y un largo etcétera.
La situación actualmente, potenciada por la crisis del coronavirus a nivel mundial, ha hecho que el tránsito de los migrantes esté cargado de restricciones. En esta situación también se encuentran también los haitianos. Un ejemplo de todo esto es Ecuador, en especial los pasos fronterizos irregulares como Lago Agrio y Tulcán. Sitios que sirven para el pasaje de estos ciudadanos desde varios países de América Latina con el objetivo de llegar a Estados Unidos.
En un reciente informe publicado por El Universo de Ecuador se expresa de manera directa la dureza de estas circunstancias. También cómo la pandemia ha obligado al cierre de puentes internacionales como San Miguel y Rumichaca. Debido a esto, recuerda el informe, los migrantes han tenido que utilizar caminos improvisados con el fin de superar barreras como los ríos San Miguel (Sucumbíos) y Cachi.
Una vez más lo ya mencionado, el trabajo de organizaciones dedicadas a la trata de migrantes y personas que llevan a viajeros a movilizarse por diversos puntos del continente. Por ejemplo, el pasado 3 de abril fueron sorprendidos en el puente San Miguel 18 adultos y cuatro menores de edad, de origen haitiano y africano.
De alguna manera esto confirma el carácter de Ecuador como país de tránsito para migrantes haitianos, además de otras nacionalidades, aspecto que queda enfatizado tras el cierre de fronteras de países como Colombia para evitar el pasaje y que haya más contagios por coronavirus,
“Aperturar la frontera o permitir el libre tránsito de migrantes por la región sería poner en riesgo no solo a los habitantes de la zona, sino también a ellos mismos y a los países vecinos”, expresó Migración de Colombia, recuerda el informe del medio ecuatoriano.
Mientras esto sucede y se agudiza una vez más organizaciones vinculadas a la Iglesia, que de alguna manera también responden al anhelo del papa Francisco con respecto a la cercanía a los que sufren, permanecen dispuestos a dar el abrazo más necesario.
Un claro ejemplo de esto es lo que ha estado haciendo Cáritas Sucumbíos.
He aquí un posteo de Cáritas en esa localidad a mediados de marzo, tan solo un gesto que confirma la necesidad de seguir combatiendo la indiferencia en los momentos más oscuros.