“Desde muy pequeña me gustó cantar. Participaba del coro de mi comunidad de la Parroquia Santo Tomás Moro de Ñuñoa, tenía unos 7 u 8 años, y escondiéndome de mis papás llegaba donde estaban los jóvenes y contaba con ellos”
Así Marcela Gael recuerda en Aleteia sus inicios en el canto católico chileno.
La destacada artista chilena se emociona al recordar sus inicios porque poco a poco se empezó a hacer conocida y la comenzaron a llamar de parroquias, colegios y ceremonias eclesiásticas.
Hace algunas semanas presentó una nueva versión de la canción “El Diario de María”. Marcela se emociona cuando habla de este nuevo trabajo "para grabar el sencillo lloré", dijo.
"Porque yo me puse en el lugar de la Virgen María al momento de interpretarla. Ver a su hijo crucificado, el dolor la tiene que haber traspasado. Espero que esa emoción el auditor la pueda sentir", añadió.
La cantante católica nos relata que estudiaba se dio cuenta que no había un disco que reuniera la música para los pequeños que complementara la catequesis. “Así nace mi primer disco ‘Te alabo con mi corazón’ que no fue para nada planificado, y con mucho esfuerzo personal y de mi familia lo pudimos editar. Estaba tan feliz por este bello trabajo”, cuenta.
Paralelamente al canto católico, Marcela Gael ingresó al grupo de folklore más importante de Chile, BAFOCHI, lo que le permitió conocer todo el país y presentarse en diversos escenarios. Toda esta vorágine se daba en el contexto del Jubileo del 2000.
“Fue en este tiempo cuando entré en un profundo proceso de discernimiento. Dedicarme a cantar a Dios o continuar en el BAFOCHI, lo que en ese momento implicaba viajar a Roma para el Jubileo y después una serie de presentaciones. Sin embargo, mi corazón se sentía cada vez más lleno y pleno con la música para Dios”. La decisión ya estaba tomada para Marcela.
Desde el 2001 hasta el 2009 no se detuvo de cantar, componer e interpretar, ganó el Festival de Música Mariana realizado en Guatemala. Sin embargo, sufrió un accidente cerebrovascular, que no le dejó secuelas, pero decidió dejar las presentaciones por algún tiempo. Se casó y tuvo a Laura, 4 años, que le llena el alma a ella y a su marido Alejandro.
“Volví muy de a poco, porque yo quería dedicarme a la Laurita lo más posible. Estos últimos años han sido una bendición, con mucho trabajo y esfuerzo, pero dedicarme a cantarle a Dios es una vocación familiar. Sin el apoyo de Alejandro, quien tiene su propio trabajo, en el sonido, producción, edición de videos y compañía no sería posible”.
La cantante católica complementa: “Dedicarnos a esto es un verdadero salto de fe. Porque ya no se venden discos, pero sí te entregas por entero y de corazón a Dios. Él te abre las puertas, porque como cantante veo como la Providencia se manifiesta y nos permite proyectarnos en su servicio” asegura Marcela.
Durante el 2020 la interprete chilena realizó a través de su canal de Youtube (Marcela Gael) conciertos y oración del rosario. Junto a su marido crearon ALMA una productora que busca colaborar “en la evangelización a través de la música”, concluye la artista chilena.