La primera Misa en Brasil se celebró el 26 de abril de 1500. Una fecha que, en ese año, fue el domingo de la Octava de Pascua.
El sacerdote que la presidió fue Fr. Henrique de Coimbra, acompañado de sus hermanos franciscanos de un grupo de ocho misioneros. Además había algunos sacerdotes seglares, entre ellos, un vicario destinado a la India.
Habían sido 47 días de viaje a través del Atlántico hasta que se terminaron todos los preparativos para la primera Santa Misa en Brasil.
Primera misa en Brasil
La Eucaristía se celebró en Santa Cruz Cabrália, costa sur de Bahía, en el islote de Coroa Vermelha, que ya no existe: debido al movimiento de las mareas, el islote que sirvió de base a nuestro primer Altar Eucarístico terminó por unirse al tierra y formando una amplia playa de arena blanca.
El altar, «muy bien corregido», se erigió bajo la protección de un palio. En la playa continental, frente a la isla cercana, unos doscientos indios siguieron atentamente la ceremonia. Según Pedro Vaz de Caminha, la Misa «fue escuchada por todos con gran placer y devoción».
«Solemne y fructífera»
Terminada la celebración, el sacerdote se subió a una silla y dio «una predicación solemne y fructífera» a la asamblea sentada en la playa. El sermón, todavía según el relato de Caminha, «trataba de nuestra llegada y búsqueda de esta tierra, conforme a la señal de la Cruz, bajo cuya obediencia veníamos, que fue muy relevante y de mucha devoción».
La representación más famosa de la celebración es el cuadro «La Primera Misa en Brasil», elaborado en 1861 por el pintor Víctor Meirelles de Lima (1832-1903). La obra, la primera de un artista brasileño en ser acogida con elogios en el moderno Salón de París, muestra, sin embargo, la ceremonia que tiene lugar en la misma playa donde se realizó la asamblea.