Un 68% de los trabajadores preferiría una vida laboral post-covid que permitiera trabajar 2-3 días a la semana en remoto, esto es, desde casa o desde un lugar que no fuera la oficina. Este es uno de los resultados del informe presentado por el IESE y Savills Aguirre Newman, "Un lugar de trabajo sostenible: Hacia un modelo remoto y presencial". El estudio ha sido liderado por la profesora Mireia Las Heras. Su coautora es María Barraza.
El estudio rompe mitos como el de que todo el mundo quiere teletrabajar siempre. Según los datos recopilados, solo un 12% de los trabajadores estaría conforme si se adoptara esta nueva medida en lo que llamamos "nueva normalidad". Es decir, no parecería positivo pasar a un modelo de teletrabajo los 5 días a la semana. Solo un 4% de los encuestados afirma que sí estaría mejor en esa situación.
Un segundo mito que desmonta el estudio es el de que se rinde menos cuando se teletrabaja. Según esta investigación, cuando se teletrabaja entre 2 y 3 días a la semana, se logra un 19% más de rendimiento laboral mientras que el trabajo en la oficina crece un 10% en calidad.
El estudio observa que hay variedad de situaciones según el tipo de trabajo que se realiza, porque no es lo mismo un trabajo que requiere atención presencial (por ejemplo, el de enfermeras, médicos, dependientes o albañiles) al que precisa estudio y concentración sobre unos datos (investigadores, por ejemplo).
El informe del IESE/Savills Aguirre Newman determina que un nuevo modo de trabajar en el que se combinara la presencialidad y el trabajo en remoto (desde casa o desde un tercer espacio, como puede ser un coworking o cualquier otro punto del planeta) supondría un aumento del 18% en creatividad. Esto destruye el mito de que el teletrabajo dificulta la innovación.
En el contexto actual, después de haber experimentado los encuentros y reuniones a través de la pantalla con medios como Zoom o Meet, por ejemplo, ¿tiene sentido regresar a la reunión tradicional? El informe asegura que las empresas deberán replantear cómo será su método de trabajo porque, como apunta Leyre Octavio de Toledo, de Savills, "sería decepcionante para los trabajadores que a su regreso en la época post-covid todo volviera a hacerse como antes".
¿Para qué son necesarias las reuniones realmente? El estudio anota que una reunión presencial favorece: el contacto visual, la generación de empatía y la creatividad. En cambio, con las reuniones en remoto se gana en rapidez y en eficacia.
Así, son positivas las reuniones presenciales como: ventas, innovación, cocreación, etc... Mientras que es mejor el trabajo en remoto para: tareas rutinarias, llamadas a clientes, preparación de informes, etc.
Mireia Las Heras señaló que la posibilidad de integrar el trabajo presencial y el remoto favorece la igualdad de oportunidades en diversos planos: rural/urbano, hombre/mujer (favoreciendo la maternidad), o integración de personas con discapacidad, entre otros.
Otro mito que el estudio rompe es el de que en la oficina se pierde el tiempo. Según los datos aportados por los más de 3.400 participantes del estudio, no hay diferencia significativa entre las horas efectivas de trabajo en la oficina y en remoto.
Las Heras apuntó que "no volvemos a la normalidad", porque "vamos a un lugar distinto del que había antes de la pandemia".
El documento propone, entre otros puntos, que las empresas refuercen a partir de ahora las relaciones interpersonales, que fomenten la confianza y el sentido de pertenencia.
También apunta a una necesidad de cambio respecto a la mentalidad de presencialismo. Por ejemplo, apuntó, "no tendría sentido a partir de ahora ir a la oficina a teletrabajar".
El estudio aporta 5 puntos: