“Cuando hablamos de migrantes y desplazados, nos limitamos con demasiada frecuencia a números. ¡Pero no son números, sino personas!”, dijo el papa Francisco a los miembros de la Fraternidad política y de la Comunidad “Chemin Neuf” recibidos en audiencia este viernes 30 de abril de 2021 en el Palacio Apostólico Vaticano.
Francisco ya había pedido comprender mejor las historias detrás de los reportes de los trágicos naufragios frente a las costas de Libia en el ángelus del domingo. "Es momento de vergüenza". Por ejemplo la semana pasada se ha cobrado la vida de hasta 130 personas.
Se habla de que la balsa inflable, que supuestamente se embarcó en el área de Al Khoms al este de Trípoli, se hundió debido al mal tiempo y al mar tormentoso.
El Papa invita a ponerle rostro a las tragedias, por ejemplo en el Mediterráneo central donde al menos otras 300 personas se han ahogado o han desaparecido. Este es un aumento significativo en comparación con el mismo período del año pasado, cuando unas 150 personas se ahogaron o desaparecieron en la misma ruta, según la Agencia de la ONU para los Refugiados.
“Si encontramos” las personas, indicó el Papa, “podremos conocerlas. Y si conocemos sus historias, lograremos comprender. Podremos comprender, por ejemplo, que la precariedad que hemos experimentado con sufrimiento, a causa de la pandemia, es un elemento constante en la vida de los desplazados”.
El Papa insistió, pensando en el compromiso de los jóvenes, que "la vocación laical es ante todo la caridad en la familia, la caridad social y la caridad política".
Asimismo, remarcó la vocación "desde la fe para la construcción de una sociedad nueva" en su discurso a la Comunidad del Chemin Neuf que es una comunidad católica con vocación ecuménica, de la Renovación Carismática, nacida en Francia en 1973 de un grupo de oración.
Esto es "vivir en medio del mundo y de la sociedad para evangelizar sus diversas instancias, para hacer crecer la paz, la convivencia, la justicia, los derechos humanos, la misericordia, y así extender el Reino de Dios en el mundo".
El Papa animó a los jóvenes a que no tengan miedo a caminar por los senderos de la fraternidad y de construir puentes entre las personas, entre los pueblos, en un mundo en el que se siguen construyendo tantos muros por miedo a los demás”.
“A través de vuestras iniciativas, vuestros proyectos y vuestras actividades, hacéis visible una Iglesia pobre con y para los pobres, una Iglesia en salida que está cerca de las personas en situación de sufrimiento, precariedad, marginación y exclusión”, agregó.
En efecto, "de nuestra fe en Cristo que se hizo pobre, y que está siempre cerca de los pobres y excluidos, nace nuestra preocupación por el desarrollo integral de los más abandonados de la sociedad" (Evangelii Gaudium, 186).
El Obispo de Roma instó a los miembros de la Fraternidad a “permanecer firmes en vuestras convicciones y en vuestra fe. No olvides nunca que Cristo está vivo y que te llama a caminar con valor en pos de él. Con él, ser esa llama que reaviva la esperanza en el corazón de tantos jóvenes desanimados, tristes y sin perspectivas”.