En misa, en vez de realizar el normal acto penitencial, el sacerdote puede elegir rociar a su congregación con agua.
Quizás resulte extraño a algunos, pero es una práctica que tiene un rico simbolismo.
La Instrucción General del Misal Romano destaca esta opción, en especial en tiempo de Pascua.
Esto queda de manifiesto más directamente incluso en la bendición del agua que puede suceder antes de que el sacerdote la rocíe sobre todo el mundo en la misa.
El agua tiene un profundo simbolismo, como explica el Catecismo de la Iglesia Católica:
El rito de aspersión del agua, además de recordar nuestro bautismo, también podría estar conectado con las acciones de Jesús en la Última Cena. Jesús lavó los pies de sus discípulos antes de celebrar la primera Eucaristía, realizando un acto ritual de purificación antes de la comida.
Es una hermosa opción a decisión del sacerdote en la misa y tiene un rico simbolismo que nos introduce más profundamente en el misterio pascual.