A sus 83 años, la hermana Elsie Vadakkekara desafía la pandemia para llevar comida a los pobres de las calles. En India hay 28 millones de personas que están contagias de Covid-19.
Desde el periodo de navidad de 2010, la religiosa sale todos los días a mediodía -en verano, invierno o bajo las lluvias monzónicas- a repartir comida a los enfermos mentales que viven en su barrio, en Mithapur, en la diócesis de Rajkot, en el estado de Gujarat.
"No puedo quedarme sentada en la comodidad de mi convento cuando mi gente está abandonada a su suerte, especialmente durante este bloqueo a causa de la pandemia", dijo a UCA News la hermana Elsie que pertenece a la comunidad de las Hermanas de Santa Ana de la Providencia.
Las autoridades han impuesto un bloqueo en la mayor parte de Gujarat (el estado más occidental de la India) desde abril, cuando una segunda ola de Covid-19 comenzó a extenderse en la zona, infectando a miles de personas y matando a cientos diariamente. Según las cifras del gobierno, más de 3.000 personas morirían cada día en el estado.
"¿Puedo, ahora mismo, quedarme en casa y dejar que se mueran de hambre?", preguntó la hermana Elsie, llamada cariñosamente la "Madre Teresa de Mithapur”. Así como reporta el periodista Saji Thomas de Union Of Catholic Asian News el 26 de mayo de 2021.
La monja que lleva comida, en un pequeño vehículo de tres ruedas (rickshaw), a unos 50 enfermos mentales en las calles de Mithapur y el puerto de Okha, cubriendo una distancia de 15 kilómetros, declaró que estaba dispuesta a dar su vida por estas personas excluidas y que no podía dejar de alimentarlos mientras pudiera moverse.
Y cuando se le preguntó si le preocupa contraer el coronavirus, afirmó vehemente que "no morirá antes del día que Dios decida”.
Gracias a las donaciones de los empresarios locales y de los líderes de la comunidad, la monja puede distribuir arroz, verduras, pan indio (chapati), lentejas y agua, alimentos suficientes para alimentar a una persona al menos dos veces al día.
El padre Vinod Karumalikal, antiguo párroco de la monja, relató cómo sus superiores querían que dejara su misión -suspendida sólo en marzo de 2020, durante un mes, durante la primera ola de Covid-19- debido a su avanzada edad y a la situación de la pandemia.
"Pero ella no está dispuesta a parar un momento", por lo contrario "está dispuesta a morir de Covid", explicó el sacerdote.
El obispo de Rajkot, monseñor José Chittooparambil, dijo que el servicio de la hermana Elsie explica el significado de la evangelización y el testimonio de Cristo. "Es más valioso dar testimonio que predicar", dijo el prelado.
"En una situación como la pandemia", concluyó, "la hermana Vadakkekara ha demostrado que el amor lo trasciende todo”.