Una de las ciudades más importantes del mundo para el turismo religioso, Córdoba con su mezquita-catedral, lanza un desafío: responder a la sed de espiritualidad que la gente ha vivido a causa de la pandemia con propuestas profundas de turismo religioso.
El turismo religioso tiene como motivación fundamental la fe. Según el último estudio encargado por la Conferencia Episcopal Española, recogido a través del trabajo de la consultora KPMG, las celebraciones y fiestas religiosas además de los bienes inmuebles de la Iglesia de interés turístico cultural generaron un impacto económico de 30.000 millones de euros anuales en el Producto Interno Bruto español y supusieron casi 360.000 empleos. Antes de la pandemia, claro.
Ahora los destinos de peregrinación y turismo religioso de todo el mundo se plantean cómo abrir nuevamente sus puertas para coger a los peregrinos y turistas.
El diario “La Voz de Córdoba” ha querido responder a estos interrogantes congregando a algunos de los grandes expertos en la materia en un podcast.
Don Manuel Montilla, canónigo archivero de la Catedral de Córdoba y delegado diocesano de Peregrinaciones, comenzó recordando que “Jerusalén, Roma y Santiago de Compostela” son los “tres núcleos fundamentales” de las peregrinaciones cristianas.
Albergues, hospederías en los monasterios y comercios que debían abastecer a los peregrinos constituyen hoy la infraestructura del que ahora se denomina “turismo religioso”.
Una infraestructura que ha ido profesionalizándose y que ha supuesto también una colaboración con las empresas privadas de viajes.
Y un “turista religioso” suele ser un turista “fiel”, que repite peregrinaciones (viajes) y que dispone de nivel adquisitivo.
Isabel Albás, primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Córdoba, considera que su ciudad tiene un desafío claro: superar la concentración de turistas religiosos en unos días muy delimitados.
La Semana Santa cordobesa, de hecho, es “una de las mejores de España”, y se convierte en el momento culminante de atracción de turistas y peregrinos.
Ahora, añade Albás, el reto consiste en sacar el turismo religioso de la estacionalidad.
Remedios Molina, gerente del Instituto Municipal de Turismo (Imtur) de Córdoba reconoce que la ciudad puede ofrecer propuestas de interés religioso todo el año para los turistas.
De hecho, informa sobre una de las subvenciones lanzadas recientemente para las “rutas de artesanía religiosa” (bordados, restauradores, etc.) “algo que nos diferencia de muchos destinos”.
Entre creatividad y valoración de la propia riqueza espiritual, cultural, artística y arquitectónica, Córdoba relanza con esta iniciativa del Cabildo de la Catedral y de “La Voz de Córdoba” el turismo religioso. Otras ciudades le seguirán pronto.