Ha muerto a los 93 años un mes y un día, el que fuera el 47º presidente de la República de Nicaragua Enrique Bolaños Geyer. Aquejado de una larga enfermedad, Bolaños deja su país en momentos de crisis, cuando la comunidad internacional ha exigido la excarcelación de más de una docena de opositores al régimen de Daniel Ortega, eliminados de la carrera por la sucesión presidencial de noviembre de este año por diversos “delitos”, englobados en “traición a la patria”.
Sucesor de Arnoldo Alemán y antecesor del propio Daniel Ortega, Bolaños, un hombre católico de ascendencia española y alemana, padre de cinco hijos, ingeniero y empresario que entró a la política cuando en 1979 triunfa la revolución sandinista en Nicaragua, gobernó el país centroamericano desde enero de 2002 hasta enero de 2007. Antes había sido vicepresidente con Arnoldo Alemán.
Nacido el 13 de mayo de 1928 en Nindirí, fue abanderado del histórico Partido Liberal pero en su vertiente de Partido Liberal Constitucionalista (PLC). Como representante de los sectores de algodoneros, productores agropecuarios e industriales, Bolaños enfrentó al Frente Sandinista de Liberación Nacional y a Daniel Ortega, siendo expropiado en sus bienes y encarcelado por breve tiempo hasta en tres ocasiones, acusado de violar las leyes de excepción durante las guerrillas de la Contra.
En fórmula con Arnoldo Alemán, venció en 1977 a Daniel Ortega y labró su prestigio como un funcionario honesto y lejano a la corrupción que, poco a poco, se fue extendiendo entre los miembros del gabinete de la Alianza Liberal. La desconfianza ciudadana contra Alemán, en 2001 Bolaños fue elegido por unanimidad para contender por la presidencia de la República por el PLC.
La campaña política de ese año fue un continuo golpeteo entre el sandinismo y el liberalismo, y finalmente dio el triunfo a Bolaños sobre Daniel Ortega por 14 puntos porcentuales de diferencia en unos comicios que, para los observadores internacionales que asistieron a ellos, fueron un modelo de limpieza y claridad. En su mandato constitucional impulsó a Nicaragua como un lugar importante para la inversión y generó leyes en contra del aborto y en contra de la violencia a la mujer.
Como presidente de Nicaragua, Bolaños logró la firma del Tratado de Libre Comercio de Centroamérica con Estados Unidos (actualmente DR-Cafta); el perdón del 80 por ciento de la deuda externa del país, cerrar con niveles de crecimiento económico positivos, controlar la deuda estatal y dar estabilidad al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), cuyos problemas financieros bajo la administración Ortega provocaron la crisis que comenzó en abril de 2018.
Tras el estallido de la crisis sociopolítica que ha dejado un número cercano a los 600 muertos y 70.000 nicaragüenses en el exilio, Bolaños recomendó a Daniel Ortega renunciar a la Presidencia, y en 2020 criticó al ex guerrillero sandinista por su gestión de la pandemia, con la que no estaba de acuerdo.
Consideraba que su mayor legado no fue haber impulsado a Nicaragua hacia una relativa estabilidad económica, o la transparencia y honorabilidad de su administración, sino la creación, desde que dejó la política en 2007, de la Biblioteca Virtual Enrique Bolaños Geyer, considerada por muchos especialistas como la biblioteca más completa especializada en temas de historia de su país y de Centroamérica.
Deja –como recuerdo—la siguiente frase: "La Nicaragua que he soñado (…) es una Nicaragua en la cual reine la verdad, la honradez, la justicia para todos".