Los habitantes de Nazaret, entre los que creció Jesús, tienen fama de formar un entorno muy difícil. Incluso Natanael se preguntaba si podía salir algo de bueno de Nazaret.
Sin embargo, Jesús, precisamente, no huye de los problemas. Creció en ese entorno difícil. Además, su familia vivía allí.
El Evangelio menciona los nombres de los cuatro hermanos de Jesús. ¿Quiénes son ellos en relación con él? Hay tres hipótesis.
La primera explica que, en las lenguas semíticas y en griego, la expresión adelphos se refiere a parientes o incluso a parientes lejanos.
La segunda hipótesis procede de Hegesipo, un autor que escribió a mediados del siglo II.
Según él, los “hermanos de Jesús” son los parientes de san José, o más exactamente los hijos de su hermano Cleofás.
Eusebio de Cesarea describe esta opinión en su Historia Eclesiástica (3.11 y 32; 4.22). Esta era también la opinión de san Jerónimo.
Sin embargo, otra hipótesis fue difundida por Epifanio y otros ya en el siglo II. Según ellos, los “hermanos y hermanas” de Jesús eran los hijos que san José tenía de su primer matrimonio, que terminó con la muerte prematura de su esposa.
No sabemos con certeza cuál es hipótesis correcta. Sin embargo, una cosa es segura: somos hermanos de Jesús, porque él mismo dijo:
Las profundas relaciones de hermandad y fraternales entre las personas se manifiestan no tanto por los lazos de sangre como por una comunidad de valores espirituales.
Como cristianos, somos hermanos y hermanas porque elegimos a Jesús.
Él nos ofrece el camino de la fe, de la esperanza y del amor, el camino de la voluntad de Dios.
Él quiere ser un hermano para cada uno de nosotros. ¿Trato a Jesús como un hermano?