Está emparentando a la zona andina de América del Sur, pero tiene fama mundial. Se trata de la quina, el árbol que ayudó a salvar muchas vidas frente a enfermedades como la malaria gracias a sus propiedades farmacológicas y medicinales.
En tiempos de coronavirus, este árbol volvió a sonar con fuerza. Pero debido a la explotación sufrida en la lucha contra el paludismo y la malaria en el Siglo XVIII actualmente se encuentra en riesgo de extinción.
Sin embargo, el emblemático árbol de la quina, que está presente en el propio escudo nacional de Perú, tendrá una nueva oportunidad de recuperación. Esto será posible, en el marco del “Año del Bicentenario del Perú, 200 años de Independencia” de la mano de Cáritas.
A la hora de argumentar esta iniciativa, Cáritas recuerda que “las propiedades del árbol de la quina fueron conocidas desde tiempos precolombinos”. Esto de su gran importancia para la salud –se prosigue- se dio precisamente gracias a la presencia de ciertos alcaloides, dentro de ellos el más conocido como “quinina”.
Pero también cobra relevancia por su importancia ambiental-forestal. En ese sentido, se recuerda, además de Perú como centro de biodiversidad del género Cinchona, los servicios ecosistémicos que ofrece como regulador hídrico y climático.
“Es usado para remediación de suelos, recuperación de áreas degradadas y su madera es de buena calidad para tablas, ebanistería, construcción de viviendas y postes”, se agrega.
Por último, en cuanto a las acciones de recuperación del árbol de la quina en tiempos de pandemia y bicentenario, Cáritas informa que busca “instalar parcelas demostrativas de manejo de este árbol emblemático para el fortalecimiento de capacidades”.
Pero también pretende “la instalación y rehabilitación de viveros forestales”.
“Además de rescatar su importancia medicinal y cultural, pudiendo brindar alternativas de negocio para la producción de quinina y otros alcaloides de uso medicinal y alimenticio de origen natural actualmente importados”, concluye.